Por Medicina Responsable
22 de julio de 2024La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid ha activado el protocolo necesario para atender a un ciudadano afectado por la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (FHCC) y evitar así nuevos contagios de esta grave enfermedad.
El paciente, un varón de 74 años, acudió a Urgencias del Hospital Rey Juan Carlos (Móstoles) el pasado viernes 19 de julio con un cuadro febril y malestar general. Según indicó el afectado, sufrió una picadura de garrapata días atrás en el municipio de Buenasbodas (Toledo), donde pasaba unos días en su segunda residencia.
Siguiendo el protocolo establecido ha sido trasladado por efectivos del Summa 112, con todas las medidas de seguridad necesarias, a la Unidad de Aislamiento de Alto Nivel de Hospital público La Paz-Carlos III. Actualmente se encuentra en una situación clínica estable, han informado desde el departamento que dirige Fátima Matute.
Se está haciendo el seguimiento oportuno de las personas que han sido contacto (familiar o profesional) con el enfermo para asegurar que no se ha producido una transmisión antes del conocerse el diagnóstico.
El Sistema de Alerta Rápida en Salud Pública (SARSP) activó este mismo domingo la alerta por sospecha de FHCC y se han enviado las muestras para estudio microbiológico al Centro Nacional de Microbiología, confirmándose la infección por este virus.
Aunque la principal vía de transmisión es a través de la picadura de una garrapata, también puede transmitirse de persona a persona por contacto con sangre o fluidos del enfermo, lo que puede ocurrir en personal sanitario cuando no está debidamente protegido. De ahí la precaución de las autoridades sanitarias ante un diagnóstico como este, que hace tan solo tres meses se cobró la vida de otro contagiado en nuestro país. Se trata de una enfermedad que aún tiene una alta tasa de mortalidad, en torno al 30%.
La duración del periodo de incubación depende del modo de contagio del virus. Después de la picadura de la garrapata, la fase de incubación es generalmente de uno a tres días, con un máximo de nueve días. El periodo de incubación tras el contacto con sangre o tejidos infectados es normalmente de cinco o seis días, con un máximo documentado de 13 días.
Los síntomas de esta enfermedad comienzan de forma súbita, con fiebre, mialgia (dolor muscular), mareo, dolor y rigidez de cuello, lumbago, cefalea, irritación de los ojos y fotofobia. También es frecuente la aparición de náuseas, vómitos, diarrea, así como dolor abdominal y de garganta al principio.
Por ello, las autoridades sanitarias instan a tomar las debidas precauciones para evitar tanto las picaduras como el contagio entre humanos, recordando la importancia de usar ropa y calzado adecuados durante las salidas al campo, así como transitar por caminos y utilizar repelentes en las personas y animales de compañía.