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Denuncia: enfermeras que hacen de anestesistas

Médicos anestesistas denuncian que el personal de enfermería está llevando a cabo labores de anestesia durante las endoscopias digestivas

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Denuncia: enfermeras que hacen de anestesistas

Por Andrea Rivero

17 de noviembre de 2022

Si la persona que llevase un avión no fuese piloto ¿cuánta gente se subiría? Si la persona que fuese a operar no fuese cirujano ¿cuántas se operarían? ¿Y si la persona que fuese a anestesiar no fuese anestesista? Este es uno de los problemas por el que los médicos anestesistas están preocupados; los procedimientos invasivos fuera de quirófano, como las endoscopias, han aumentado considerablemente en los últimos años y la falta de personal ha llevado a los enfermeros a realizar labores de anestesia durante estas pruebas. 

Para poder comprender la profundidad de esta preocupación es clave conocer la labor de un anestesista. Esta va mucho más allá de “dormir” al paciente. Su tarea comienza desde la consulta anterior al procedimiento al que se vaya a someter al enfermo y termina cuando sale de la sala “del despertar”. Sin embargo, su papel es fundamental durante la intervención: se encarga de mantener las funciones básicas del paciente, desde la respiración hasta sus constantes vitales, ya que una anestesia general realmente es un coma inducido. Además, diagnostica y trata problemas que puedan surgir durante el procedimiento. 

Todas estas responsabilidades las adquieren tras estudiar seis años de carrera y cuatro años de residencia, entonces, ¿por qué un enfermero sin esa formación también las lleva a cabo? 

La historia tras el problema

Desde que se demostró que el cáncer de colon puede ser hereditario se comenzó a promover la realización de colonoscopias y pruebas endoscópicas a los familiares de personas que lo hubiesen padecido para prevenir la enfermedad. Esto supuso que de la noche a la mañana la necesidad de aumentar las unidades de endoscopias digestivas subiese exponencialmente, con los respectivos profesionales a cargo, desde el endoscopista hasta el anestesiólogo.  

De acuerdo con la anestesista Carla Jiménez, nombre ficticio, ya que prefiere mantener el anonimato, el problema con estas intervenciones es que “en los hospitales públicos cuesta trabajo liberar personal de los servicios de anestesia para atender una demanda tan grande, estamos hablando de un problema económico”. Este servicio supone un importante coste económico que se intenta paliar “como se puede” haciendo que otros profesionales se encarguen de administrar el propofol (un fármaco inductor de anestesia general) “y ya si pasa algo que avisen al anestesista, que algún anestesista habrá”. 

En este sentido, Mar Rocha, portavoz del Colegio Oficial de Enfermería de Madrid (CODEM) aclara que, “la labor de las enfermeras en este campo no responde a la sustitución de un profesional por otro; sino a que las competencias de las enfermeras se amplían por su pericia, experiencia y formación; sin invadir espacios competenciales ajenos. La sedación /anestesia en endoscopias hace más de 40 años se aplicaba ya por practicantes y ATS y actualmente las realizan enfermeras entrenadas”.

El cambio que supuso el propofol 

Antes del propofol los gastroenterólogos utilizaban benzodiazepinas como sedantes, ya que son de corta duración y no hacen que el paciente pierda la conciencia, con lo cual presentan menos complicaciones. Pero, actualmente estos procedimientos se realizan la mayoría de las veces con propofol, que es un medicamento inductor de anestesia general.  “Este fármaco es el que utilizamos más ampliamente en todas las anestesias generales, al administrarlo en unos segundos te quedarías dormido. Pero ‘te vas a quedar dormido’ significa ‘vas a entrar en coma’, es decir, te quito el nivel de conciencia y según vayas profundizando, vas a perder los reflejos para tragar, luego vas a dejar de respirar y, si nadie hace algo por ti, en unos minutos se te pararía el corazón. Los anestesiólogos estamos formados y entrenados para actuar ante las complicaciones que puedan surgir”, explica la anestesista. Como en todos los campos de la medicina los avances de los últimos años han aumentado mucho la seguridad de los procedimientos, las cosas se hacen mejor, se tienen más medios y más formación para hacerlo. Entonces, “como todo se hace mejor y baja la tasa de mortalidad, se tiene la sensación de que no pasa nada”, añade Jiménez.

En las especificaciones técnicas del propofol se detalla que solo será administrado por personas que hayan recibido formación en la administración de anestesia o por médicos especialmente capacitados en un hospital o una unidad de tratamiento debidamente equipada. “Dos veces se ha pedido a la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) que cambie las especificaciones técnicas del fármaco, pero no las ha cambiado. Ni la muerte de Michael Jackson ha conseguido que esto cambie, porque al final murió porque su cardiólogo le administró una dosis letal de propofol”, indica la doctora. 

Sin embargo, la vocal de CODEM explica que existen guías y estudios que, desde hace años, ponen de manifiesto los recursos humanos y materiales necesarios para una sedación eficaz y segura. “Ya se pone sobre la mesa que debe llevarse a cabo por personal cualificado diferente del que realiza la prueba, siendo recomendable contar con anestesiólogo, intensivista o una enfermera cualificada para la sedación”, sentencia Rocha. 



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