
Por Clara Arrabal
24 de octubre de 2025El cambio de hora lleva años en el punto de mira. ¿Es mejor eliminarlo? ¿Sigue cumpliendo la función originaria por la que se instauró? Este lunes el eterno debate volvió a ponerse encima de la mesa después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, propusiera en el Consejo Europeo acabar con él. Entre sus argumentos, Sánchez esgrimía que “tiene un impacto negativo” en la salud. "La ciencia nos dice que ya no supone un ahorro energético y que trastoca los ritmos biológicos dos veces al año", explicaba el jefe del Ejecutivo.
Esta madrugada del 25 al 26 de octubre llegará el momento: España atrasará el reloj una hora, dando así paso al horario de invierno. Esto significa, para los más optimistas, que esta noche se podrá dormir una hora más que de costumbre. Pero provocará otros efectos menos beneficiosos para la salud: un desajuste del sueño que seguramente se arrastre hasta los primeros días de la semana que viene.
Medicina Responsable ha hablado con María José Martínez Madrid, coordinadora del grupo de trabajo de Cronobiología de la Sociedad Española del Sueño (SES), para conocer los efectos que este cambio horario tiene en el organismo.
Según la profesional, el horario de invierno es el que más se ajusta al ciclo natural del sol, ya que amanecemos antes y recibimos más luz por la mañana, “que es la señal principal para sincronizar el reloj interno”. Y es que el secreto del cambio, según la experta, no está en el reloj sino en la luz solar. “Si nuestro horario oficial se separa del solar, se produce una cronodisrupción estructural que provoca que sigamos activos cuando ya debería haberse iniciado la secreción de melatonina”, explica, por lo que favorecemos de manera indirecta el insomnio, el cansancio crónico, la obesidad y el riesgo cardiovascular. “En definitiva, cuanto más alineados estemos con la luz del día, más estable será nuestro reloj interno y mejor será nuestro bienestar físico y mental”, afirma.
Por ello, María José Martínez Madrid, así como la propia Sociedad Española del Sueño y otros numerosos grupos científicos recomiendan mantener de forma permanente el horario estándar, es decir, acabar con el cambio. “Existen múltiples estudios en cronobiología y salud pública que relacionan la cronodisrupción con un mayor riesgo de problemas metabólicos, cardiovasculares y mentales”, afirma la experta. De hecho, diversas investigaciones epidemiológicas han observado un aumento de infartos, accidentes de tráfico y alteraciones del ánimo tras el cambio horario, especialmente en primavera; y los estudios sobre sueño y ritmos circadianos muestran que la exposición matinal a la luz solar mejora la secreción de melatonina, la regulación del cortisol y la calidad del descanso. “En conjunto, la evidencia indica que un horario estable y alineado con el sol favorece una mejor salud circadiana y un menor estrés fisiológico”, añade.
De esta manera, si se suprimen los cambios y se adopta un horario único (idealmente el de invierno), el cuerpo dejaría de sufrir esas alteraciones estacionales. “Aunque sea solo un adelanto de sesenta minutos, provoca una desincronización temporal entre nuestro reloj biológico y el reloj social”, explica, por eso nos sentimos a menudo con fatiga y de mal humor. Por lo tanto, “si ese cambio desaparece, esa pequeña crisis biológica también lo haría”, lo que se traduciría en una mayor estabilidad: menos alteraciones del sueño, del ánimo y del apetito, especialmente en los grupos más vulnerables. Además, a largo plazo, mantenernos en un horario fijo y alineado con el sol sería una medida sencilla pero potente de salud pública, que favorecería el descanso, la productividad y el bienestar general.
Además, dejaríamos atrás algunos otros trastornos que nos provoca el cambio de hora. “A nivel fisiológico, este pequeño jet lag altera la secreción de melatonina, retrasa o adelanta la fase del sueño y genera un estrés transitorio en el organismo: aumenta la actividad del sistema simpático, el cortisol matinal y la presión arterial. Y en personas sensibles, como niños, mayores o quienes ya duermen poco, puede empeorar el insomnio, el ánimo o el rendimiento durante varios días”, apunta Martínez Madrid. Por ello, los expertos lo tienen claro: eliminar el cambio de hora será la mejor manera de mejorar nuestras rutinas de sueño.