Por Aurora Molina
30 de agosto de 2024Hace apenas unos días quedaba reflejado en el Boletín Oficial del Estado (BOE), mediante la Resolución de la Dirección General de Salud Pública y Equidad en Salud, que las enfermeras podían administrar y dispensar medicamentos para tratar las infecciones de orina. Una decisión que ha incendiado a gran parte del colectivo médico y que ya cuenta con el rechazo de entidades importantes como la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) o el Consejo Autonómico de Colegios de Médicos Valencianos (CCMV), entre otros.
A este rechazo se le suma ahora el Consejo de Colegios Oficiales de Médicos de Castilla y León (CCOMCYL), considerándolo como una “vulneración flagrante de los principios que deben presidir la práctica clínica a la que tienen derecho los pacientes al permitir que otra profesión sanitaria, sin las competencias y conocimientos necesarios para ello, sea la que proceda a iniciar y seguir los tratamientos para estas enfermedades al margen del médico”.
Sin embargo, el Ministerio de Sanidad explicaba que las enfermeras no podrían tratar casos complejos que requieran valoración médica, como infecciones recurrentes, uso de sonda vesical o inmunosupresión. “Las infecciones del tracto urinario complicadas afectan a personas con mayor riesgo, como embarazadas, ancianos, diabéticos o pacientes con anomalías anatómicas. En este caso se necesita una evaluación del facultativo más profunda y no podrán ser atendidos por las enfermeras”.
Aun así, desde el CCOMCYL instan al Ministerio a que “cese la publicación de nuevas guías y retire las ya publicadas”, al mismo tiempo que reclaman a la Consejería de Sanidad de Castilla y León a que “tome las medidas necesarias para que estas guías no se desarrollen” en la comunidad.
Las ITU son una de las consultas más comunes en Atención Primaria. Afectan al 50%de las mujeres al menos una vez en su vida, especialmente con el envejecimiento, comorbilidades o institucionalización.
Abarcan dos tipos; la cistitis y la pielonefritis. La primera es la infección de la vejiga o del tracto urinario inferior y, entre sus síntomas, destacan la disuria (dolor o ardor al orinar), la polaquiuria (necesidad de orinar con mayor frecuencia de lo normal, generalmente, en pequeñas cantidades), la urgencia urinaria, el dolor suprapúbico y la hematuria (sangre en la orina), sin prurito o flujo vaginal anormal.
En lo que respecta a la pielonefritis, es la infección del tracto urinario superior que afecta a los riñones. Su causa es la infección bacteriana y, excepcionalmente, la presencia de hongos o virus.[AM1]