Por Lucía de Mingo
23 de noviembre de 2022El fin del tabaco calentado con sabor ya es una realidad. Hoy ha entrado en vigor la nueva Directiva, publicada en el Diario Oficial de la Unión Europea, por la que Europa prohíbe definitivamente la venta de este producto en el mercado. “Queremos que fumar sea lo menos atractivo posible para proteger la salud de nuestros ciudadanos y salvar vidas”, afirma la comisaria europea de Salud y Seguridad Alimentaria, Stella Kyriakides.
El objetivo no es otro que intentar frenar los casos de cáncer atribuibles al tabaco, dado que, actualmente, el desarrollo del 27% de todos ellos está íntimamente ligado con el consumo de la sustancia. En el caso del cáncer de pulmón, el 90% son consecuencia del consumo tabaco.
Esta nueva restricción responde a la propuesta que planteó la Comisión Europea el pasado junio, que forma parte de la estrategia contra el cáncer del Ejecutivo comunitario. Los Estados miembros tienen a partir de ahora 11 meses para adaptar su legislación hasta que queden totalmente excluidos del mercado.
La Unión Europea ya prohibió en su día la venta de los cigarrillos convencionales con sabor, en concreto en el año 2020. “Ahora ha dado un paso más al incluir al tabaco calentado, ya que no sirve de nada que se prohíba en el tabaco quemado y no en el calentado”, señala Raquel Fernández, presidenta de No Fumadores.
Para llevar a cabo esta proposición, el Ejecutivo tomó como referencia un estudio de la propia Comisión en el que se sacaba a la luz que en al menos cinco Estados miembros las ventas de tabaco calentado de sabores han aumentado un 10% y que los volúmenes de ventas al por menor superan en un 2,5% las ventas totales de productos del tabaco en el continente europeo.
En concreto, el incremento del consumo medio en la Unión Europea entre 2018 y 2020 fue del 2009%, con un crecimiento de más del 999% en países como Alemania, Hungría, Italia, República Checa y Polonia; del 406 % en Francia o del 180% en Portugal, según el informe sobre el cambio sustancial de circunstancias en relación con los productos de tabaco calentado, que no aporta datos para España.
“La industria del tabaco, que cada vez ve más restricciones en el tabaco quemado, está llevando a cabo potentes campañas publicitarias para que la gente se pase a este tipo de consumo o se inicie”. No obstante, la presidenta de No Fumadores hace hincapié en que se queda sin cubrir un hueco muy importante, el de los cigarrillos electrónicos.
El cigarrillo convencional, al igual que el tabaco calentado, contiene tabaco que es quemado para su consumo. Sin embargo, el electrónico, también conocido como vaper, no contiene tabaco. Funciona mediante baterías que calientan un líquido compuesto por agua, propilenglicol, glicerol, aromas y nicotina que, al someterse a una temperatura alta, crea un vapor inhalable.
Si ponemos el foco en el tabaco calentado, este dispositivo solo calienta el tabaco para generar un aerosol que contiene nicotina y que, posteriormente, es inhalado. “El tabaco calentado sigue siendo tabaco, aunque se consuma de una forma distinta”, señala Fernández. Además, resalta que en España y en la Unión Europea es una práctica cada vez más habitual.