Las chinches invaden París

París está sufriendo una inusual plaga de insectos que hacía años que no sucedía en la ciudad de la luz. Las denominadas chinches de cama están afectando ya a más del 11% de los hogares parisinos y lo peor es que ya están apareciendo en transportes públicos, cines e, incluso, hospitales.

Hace unos días, y ante la alerta entre los ciudadanos y la petición de la oposición, el gobierno de Élisabeth Borne anunció la creación de un observatorio dedicado a esta plaga de chinches, ya que “se ha convertido en un calvario para los ciudadanos afectados”, ha dicho Borne.

Estos insectos de pequeño tamaño y color amarronado tienen la capacidad de meterse en pequeños recovecos por lo que pueden esconderse en los huecos de los colchones y ropa de cama, así como en asientos, butacas y todo tipo de huecos. Por eso son difíciles de detectar. Pero lo peor es que su única fuente de alimentación es la sangre humana. Aún así hay que decir que no transmiten enfermedades. “Con su picadura provocan una reacción cutánea en forma de roncha que desaparece sin tratamiento en una o dos semanas”, explica el director médico de Medicina Responsable, el doctor Pedro Gargantilla. “Esta roncha provoca picor y enrojecimiento en la zona afectada, pero nada más”.  Sin embargo, en ciertos casos pueden provocar la enfermedad de Chagas “debido a un parásito que llevan las propias chinches y que se llama Tripanosoma, pero esta enfermedad está localizada en la zona de Sudamérica, de momento”, asegura Gargantilla.

El mayor problema ahora mismo en la capital francesa es erradicar a estos insectos que se cuentan por millones y que cada vez son más molestos. “Lo más difícil es erradicarlos, porque cuando entran en una casa es difícil acabar con ellos”, afirma Gargantilla.

De hecho, algunos de los consejos para eliminarlos son aspirar colchones, somieres, estructuras, muebles, cajones y lavar la ropa de cama con agua muy caliente secándola muy bien después.

El temor principal para la sanidad de la capital francesa radica en que la ciudad está a pocos meses de celebrar los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, serán el próximo verano, y este problema está desbordando a la ciudad. Algunos expertos aseguran que “no se veía una plaga así desde la Segunda Guerra Mundial”.

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