
Por Virginia Delgado
17 de noviembre de 2025El hecho de que los hombres y las mujeres sean biológicamente distintos hace que los síntomas de una enfermedad y las respuestas a los tratamientos sean diferentes. Una realidad que, sumada a que siguen siendo ellos el principal objeto de estudio en las investigaciones clínicas, ha generado un sesgo de género en medicina que afecta de forma negativa a la salud integral de las mujeres, hasta el punto de que tienen peor calidad de vida y están recibiendo diagnósticos tardíos en más de 700 patologías.
Ya en 1991, la médico cardióloga estadounidense Bernadine Healy describió el síndrome de Yentl, que constituyó el paradigma de la invisibilización médica de las mujeres. La doctora Healy incidió en que, por falta de estudios y de datos específicos de muchas enfermedades en el sexo femenino, con demasiada frecuencia las mujeres son diagnosticadas de forma inadecuada. De hecho, una de las primeras especialidades que se percató de estas desigualdades en salud fue la cardiología.
En este contexto, y teniendo en cuenta que las características sociales, económicas y culturales también influyen a la hora de afrontar una enfermedad por parte del hombre y de la mujer, muchos expertos han subrayado la necesidad de sensibilizar sobre el impacto que tienen estas diferencias. Y esto es lo que hace “Carmen” desde su nacimiento, el pasado mes de julio.
Aunque tiene nombre de mujer, el más común en nuestro país, no lo es. “Carmen” es una alianza de empresas, universidades y entidades que tiene como objetivo trabajar en la divulgación, sensibilización y en la reducción de las diferencias entre la salud de las mujeres y de los hombres. “Es imprescindible impulsar iniciativas que, utilizando modernas herramientas y basadas en argumentos científicos, contribuyan a ir cerrando la brecha de género en el ámbito de la salud”, explica María Trinidad Herrero, médico, profesora, catedrática, miembro de la Real Academia Nacional de Medicina y portavoz de la alianza. Para la profesora Herrero, tiene que haber “un compromiso de abordar las realidades y las consecuencias de las desigualdades y de divulgarlas para que sean conocidas no solo por la opinión pública, sino también por los profesionales sanitarios en ejercicio y por los que se están formando. Las mujeres estamos infraestudiadas, infradiagnosticadas e infratratadas, lo que se traduce en peores estándares de bienestar en todas las etapas vitales, siendo acuciante en la medicina de longevidad”.
“Carmen” está impulsada por las compañías Organon, Danone (Nutricia), Medtronic y Ogilvy, y se apoya en un comité científico del que forman parte la profesora Herrero; María Teresa Ruiz Cantero, catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Alicante; Ana Martín, docente de la Universidad de Salamanca y representante de la entidad Estrategia de Género en Salud (GENUSAL); Fernando Bandrés, director del Centro de Estudios Gregorio Marañón; y Regina Revilla, presidenta de la Fundación Carmen y Severo Ochoa.
También cuenta con el apoyo de las entidades Asociación de Mujeres por la Salud (MUSA), Fundación de Educación para la Salud (FUNDADEPS), Fundación SAMU, Málaga TechPark y el Sevilla TechPark. Un respaldo que puede ser mayor, ya que “Carmen” invita a unirse a su causa a las organizaciones, instituciones o empresas de todos los sectores que lo deseen.
Que la mujer reciba diagnósticos tardíos en más de 700 enfermedades es una situación grave, pero “especialmente grave”, como subraya la profesora Herrero, en patologías no transmisibles que conducen a la cronicidad. Por ello, la alianza “Carmen” ha puesto su foco en frenar esta circunstancia. “Se agrava todavía más con el aumento de la esperanza de vida en todos los países del planeta, y no solo en los más industrializados. Vivir más exige perseguir la calidad de vida. Sin embargo, existen datos que indican que las mujeres son las que más sufren enfermedades crónicas —que abarcan desde las metabólicas, cardiovasculares, pulmonares o renales hasta las mentales— y que, en último término, van en detrimento de su bienestar y les aboca a la dependencia”, ha añadido la portavoz de la iniciativa.
Son muchas las enfermedades en las que hay retrasos en el diagnóstico, pero, según la doctora Herrero, especialmente en la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y en la diabetes. “Las mujeres lo reciben cuatro o cinco años más tarde que los hombres. Y sin olvidar el infarto de miocardio, que se estima que ellas tienen siete veces más probabilidades de tener un diagnóstico erróneo”.
La doctora insiste en que el no conocer en detalle las características del enfermar de las mujeres conduce a que sus síntomas sean ignorados y malinterpretados. “Además, esta es quizá la causa de las conocidas disparidades de su ‘mala’ salud”, ha añadido.
Respecto a las actividades que va a desarrollar la alianza, próximamente se pondrán en marcha las “Carmen Nights”, unos encuentros que abordarán de forma temática y periódica la repercusión que tienen en la salud de las mujeres aspectos como la falta de conciliación, las brechas económicas o su dedicación al cuidado de familiares. Por otro lado, se fomentará la redacción de artículos y la realización de encuestas, y se publicarán en la web www.alianzacarmen.es y en los perfiles de las redes sociales de “Carmen” contenidos gráficos y audiovisuales, así como informaciones y reflexiones relevantes para situar este debate en la agenda pública. También, los miembros de la alianza realizarán un trabajo coordinado para sensibilizar al sector científico y al sanitario sobre la necesidad de incorporar este enfoque tanto a la investigación como a la docencia y la práctica asistencial.