Por Medicina Responsable
19 de junio de 2024Ante la próxima negociación del nuevo convenio de asistencia sanitaria del mutualismo administrativo, la Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE) reclama un análisis del modelo de financiación que considere la situación de los prestadores de asistencia sanitaria, los hospitales, como encargados de atender los costes derivados de la atención sanitaria de los mutualistas.
La patronal de la sanidad privada considera que los proveedores sanitarios que atienden a mutualistas de MUFACE, MUGEJU e ISFAS no reciben una retribución adecuada, debido a que la prestación de servicios a estos pacientes resulta deficitaria en muchos casos para cubrir los costes directos de asistencia. “Es necesaria una revisión de las tarifas para asegurar que los centros sanitarios puedan continuar ofreciendo atención de calidad sin enfrentar pérdidas económicas”, señala Carlos Rus, presidente de ASPE. En caso contrario, y de no incrementarse la financiación de forma adecuada, muchos centros hospitalarios podrían verse forzados a no seguir ofreciendo sus servicios a los mutualistas.
Desde ASPE apuntan a las causas de esta situación, destacando el “desajuste financiero para los centros sanitarios, que deben responder ante el progresivo incremento de la edad media de los mutualistas y el aumento de la frecuentación asociada”. Además, señalan que “las tarifas para pacientes provenientes del mutualismo administrativo son un 10% inferiores en comparación con las aplicadas a los asegurados de las compañías de salud, lo que agrava aún más el déficit en la prestación de servicios. Por ello inciden en la importancia que las aseguradoras distribuyan de manera equitativa las subidas de primas entre todas las partes implicadas en la atención sanitaria.
Según el informe “El mutualismo administrativo: Modelo predictivo sobre la elección de los mutualistas y escenarios futuros”, elaborado por la Cátedra de Salud Sostenible y Responsable de la Universidad Complutense de Madrid, se estima que en los últimos años las entidades aseguradoras solo han trasladado el 50% de la subida de la prima a los prestadores, siempre teniendo en cuenta que este impacto puede variar en función del prestador, la compañía aseguradora, la ubicación geográfica y la actividad a realizar. En el caso de centros más pequeños o médicos con consulta propia, incluso es posible que la mejora que les hayan trasladado las compañías aseguradoras sea sensiblemente inferior.
La financiación insuficiente genera una situación que desde ASPE califican de “insostenible”, afectando la accesibilidad del mutualista a la atención sanitaria y provocando mayores tiempos de espera debido a que, o bien las aseguradoras limitan sus cuadros médicos, o bien algunos prestadores se ven obligados a no continuar ofreciendo el servicio por las bajas tarifas actuales.
Esto señalan que provoca importantes inconvenientes para todo tipo de pacientes que tienen que ser derivados a hospitales o ven limitadas las ubicaciones donde les pueden atender.
Las subidas progresivas previstas para el concierto vigente en el periodo 2022-2024 se revelan “insuficientes para cubrir el aumento de los costes de la prestación sanitaria”, a juicio de ASPE. Sin embargo, estas subidas se han revelado insuficientes para cubrir el aumento de los costes de la prestación sanitaria. “O se busca una financiación adecuada que involucre a todos los agentes implicados o el modelo está destinado a desaparecer, con las terribles consecuencias que esto conllevará en términos de incremento de las listas de espera… Un incremento que la Universidad Complutense estima en un 266% para consulta externa y en un 115% para una intervención quirúrgica”, destaca Carlos Rus.
Según el informe de la UCM, el modelo actual de MUFACE ahorra al Estado más de 890 millones de euros al año y su desaparición supondría para la sanidad pública un impacto económico de más de 1.000 millones de euros al tener que absorber la asistencia de todos los mutualistas, teniendo en cuenta la diferencia existente actualmente entre la prima de MUFACE (1.040€ por mutualista de promedio) y el gasto sanitario total (1.608€ por ciudadano) y el número actual de mutualistas que se decantan por la sanidad privada (un 72,9%).