Por Sergio Díaz
4 de noviembre de 2024Las fuertes lluvias provocadas por la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) han causado inundaciones graves en la Comunidad Valenciana, afectando especialmente a Valencia, Alicante y Castellón. Las autoridades advierten no solo del peligro inmediato de las anegaciones, sino también del aumento de riesgos para la salud debido a la acumulación de aguas contaminadas y residuos, que pueden generar brotes de enfermedades infecciosas.
Las enfermedades diarreicas son las más comunes en este tipo de escenarios, asociadas a la contaminación del agua y a la mala higiene. La leptospirosis es una preocupación particular en la Comunidad Valenciana, donde las inundaciones favorecen la proliferación de roedores y la propagación de la bacteria Leptospira. Esta enfermedad se transmite por el contacto con agua o suelo contaminado y puede provocar síntomas que varían desde leves hasta complicaciones graves, aunque existen tratamientos antibióticos efectivos. Pedro Gargantilla, director médico de Medicina Responsable, ha advertido que “el agua puede convertirse en un vector de enfermedades cuando se encuentra contaminada”, y ha subrayado que la presencia de microorganismos patógenos, químicos tóxicos y otros contaminantes en el agua para consumo humano “representa una grave amenaza para la salud pública a nivel mundial”.
El tétanos también representa un riesgo significativo, especialmente entre personas con heridas y en aquellas no vacunadas, dado que la enfermedad suele asociarse a lesiones por aplastamiento y heridas contaminadas. De hecho, el presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón, ha instado a los vecinos de las zonas afectadas y a las personas que están ayudando a paliar las consecuencias del temporal, a vacunarse contra el tétanos en caso de sufrir "alguna herida o sangrar en las labores de reconstrucción".
La acumulación de agua estancada y residuos urbanos propicia, según los expertos, la proliferación de otras enfermedades como hepatitis A (afecta al hígado), fiebre tifoidea (causada por la bacteria Salmonella typhi) y cólera (enfermedad bacteriana). Estas infecciones suelen propagarse por el contacto con agua o alimentos contaminados y pueden provocar síntomas como fiebre, dolor abdominal, diarrea y vómitos. Los brotes infecciosos en estas circunstancias afectan sobre todo a niños, personas mayores y aquellos con sistemas inmunitarios debilitados.
Además, las infecciones gastrointestinales, causadas por bacterias como Escherichia coli, y las infecciones de la piel y los ojos, son comunes en estas situaciones. Las aguas estancadas también pueden convertirse en focos de reproducción de mosquitos, incrementando el riesgo de enfermedades como el dengue y el zika. El doctor Gargantilla ha subrayado que “los grupos más vulnerables a estas enfermedades son los ancianos, niños, lactantes, embarazadas y personas con enfermedades crónicas o que deprimen el sistema inmune". Finalmente, recomendó buscar “atención médica urgente si se ha estado en contacto con agua contaminada y aparecen fiebre, náuseas, vómitos o diarrea”.
Para conocer los tiempos en los que este tipo de enfermedades pueden aparecer, la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES) ha recordado que la secuencia de efectos sobre la salud se manifiesta en tres fases: la fase de impacto, que abarca de cero a cuatro días, y se centra en el rescate y tratamiento inicial de las víctimas; la fase posterior al impacto, que se extiende de cuatro días a cuatro semanas, y es cuando pueden surgir las primeras oleadas de enfermedades infecciosas; y la fase de recuperación, que comienza después de cuatro semanas, momento cuando los síntomas de infecciones latentes pueden volverse evidentes. “Para prevenir la propagación de estas enfermedades, es crucial que los equipos de salud pública realicen evaluaciones rápidas del riesgo y establezcan medidas de control eficaces”, explican.
Para reducir el riesgo de contagio, la Generalitat Valenciana aconseja consumir únicamente agua embotellada o suministrada por las autoridades y desechar alimentos que hayan tenido contacto con el agua de la inundación. Se recomienda también extremar las medidas de higiene personal, incluyendo el lavado frecuente de manos. Gargantilla ha destacado la importancia de garantizar el acceso a agua potable segura, y ha señalado que para prevenir y controlar estas enfermedades es esencial “implementar sistemas de tratamiento de agua, mejorar el saneamiento, promover prácticas de higiene como el lavado de manos y monitorear la calidad del agua”.
Para quienes realizan tareas de limpieza en las áreas afectadas, es importante el uso de equipo de protección como guantes, botas de goma y mascarillas. Las autoridades destacan la necesidad de desinfectar adecuadamente los hogares antes de reingresar, usando soluciones con cloro.
El Consorcio Hospital General Universitario de Valencia ha asegurado que está listo para atender posibles casos de enfermedades relacionadas con las inundaciones. Las autoridades instan a la población a estar atenta a síntomas como fiebre, diarrea o dolor abdominal y, ante cualquier señal de alarma, acudir de inmediato a un centro de salud.
La ministra de Sanidad Mónica García ha anunciado la movilización del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) y del Instituto de Salud Carlos III para enfrentar los problemas de salud pública derivados de la DANA en la Comunidad Valenciana. Este fin de semana, se ha celebrado la primera reunión del grupo sanitario de respuesta inmediata, con el objetivo de evaluar y abordar de manera coordinada los riesgos epidemiológicos.
García ha indicado que el Ministerio mantiene reuniones diarias con la Consejería de Sanidad y está trabajando en la elaboración de protocolos para la detección y diagnóstico precoz de enfermedades. Además, se está coordinando con todas las comunidades autónomas y con la Organización Mundial de la Salud (OMS) Europa para contar con el apoyo de expertos en salud pública ante inundaciones.
Entre las recomendaciones que ha enfatizado la ministra están el uso de ropa adecuada, mascarillas y guantes, así como la higiene frecuente de manos para prevenir la exposición a patógenos y gases tóxicos.
La Generalitat ha confirmado que tiene la capacidad suficiente para prestar asistencia sanitaria y que se están habilitando puntos extraordinarios de atención en los municipios afectados. La ministra también ha destacado la masiva respuesta de la ciudadanía en donaciones de sangre, asegurando que las reservas son suficientes, aunque la donación seguirá siendo posible.
Además, se están formando cinco grupos coordinados para abordar la protección de la salud pública, que incluyen la detección precoz de enfermedades, el control de la calidad del agua y la evaluación de la necesidad de vacunaciones específicas.
García ha concluido su intervención reafirmando el compromiso del Ministerio de velar por la salud de la ciudadanía y la importancia de la colaboración y confianza en estas circunstancias extremas.