Por Andrea Martín
7 de julio de 2023Las agresiones al personal sanitario son situaciones que se repiten habitualmente en los centros de salud. Estas agresiones, que van desde insultos hasta agresiones físicas, se incrementan cada año y la preocupación, con ellas. Según los datos del Observatorio de Agresiones del Consejo General de Enfermería (CGE), durante el año 2022 se denunciaron un total de 2.580 agresiones a enfermeras en España. Esto supone un incremento de más del 58,38% con respecto a 2021, cuando se registraron 1.629 incidentes.
Según Diego Ayuso, director del Observatorio y secretario general del CGE, “creemos que este aumento no se ha debido realmente a que las agresiones se hayan incrementado de forma tan alarmante, sino a que hay una mayor concienciación de los profesionales a la hora de denunciar y una mayor sensibilidad a la hora de registrar los datos por parte de las comunidades autónomas”.
Los resultados del informe muestran que Andalucía es la Comunidad Autónoma que ha presentado un mayor registro, con 278 agresiones. Le sigue Castilla y León, con 317, País Vasco (315), Baleares (268) y Galicia (188). Por el contrario, las regiones que menos agresiones han notificado son Melilla (0), Extremadura (1), Ceuta (3), Cantabria (8), Canarias (11) y Cataluña (18).
Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería, ha explicado que “las enfermeras no son responsables de los males del sistema, de las demoras en la atención, de la falta de recursos, de no poder atender sus expectativas. De hecho, en muchas ocasiones son quienes sufren todos esos problemas de nuestro sistema sanitario. Se enfrentan cada día a hacer su trabajo con una presión asistencial brutal, debido al déficit crónico de profesionales que arrastra nuestro país. De hecho, hacen falta casi cien mil enfermeras para equipararnos a nuestros vecinos europeos”.
Desde el CGE piden la colaboración tanto de los políticos, para que pongan soluciones a los problemas de la profesión, como de los ciudadanos, “comprensión y solidaridad, que censuren los comportamientos delictivos y violentos, que alerten cuando puede darse una situación de violencia, que intervengan si es preciso y que testifiquen si son requeridos” y, de las enfermeras, que “no deben dejar pasar la más mínima vejación y denuncien cualquier agresión”.