Por Andrea Martín
23 de diciembre de 2024En las fechas navideñas, entre banquetes, brindis y celebraciones, muchos buscan soluciones rápidas para evitar molestias gástricas y, en ocasiones, creen encontrar la solución en el popular fármaco omeprazol. Sin embargo, Cristina Casado, coordinadora del Comité de Pacientes y Ciudadanía de la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (SEFAP), advierte que este medicamento no es la respuesta mágica para proteger el estómago.
Este fármaco pertenece a los inhibidores de la bomba de protones (IBP), junto con el esomeprazol, pantoprazol, lansoprazol y rabeprazol, diseñados específicamente para tratar dolencias como el reflujo gastroesofágico, úlceras gástricas o prevenir complicaciones en pacientes con tratamientos específicos. Su función es reducir la producción de ácido estomacal, pero no crea una barrera protectora ni actúa como un antiácido de acción inmediata, como erróneamente creen muchas personas.
Casado subraya que, aunque muchas personas recurren al omeprazol durante las fiestas para prevenir malestares tras excesos en comida o alcohol, este fármaco no puede evitar la irritación causada por estas prácticas. De hecho, su efecto se percibe de forma gradual, comenzando a las 4-6 horas de la ingesta y alcanzando su máximo efecto tras varios días de uso continuado. "El alcohol irrita directamente la mucosa gástrica y las comidas copiosas pueden producir indigestión o acidez. El omeprazol no tiene efecto protector frente a estas situaciones y su uso indebido puede alterar el equilibrio natural del estómago", apunta Ana Blázquez, miembro del mismo comité.
Tomar omeprazol sin indicación médica puede acarrear efectos adversos tanto a corto como a largo plazo. Dolores de cabeza, estreñimiento, diarrea y molestias abdominales están entre los síntomas inmediatos, mientras que el uso prolongado puede aumentar el riesgo de infecciones digestivas y déficits de nutrientes esenciales como calcio, magnesio y vitamina B12. Estos déficits pueden derivar en problemas óseos, musculares o incluso alteraciones neurológicas.
La SEFAP recomienda prevenir molestias gástricas con cambios en los hábitos alimenticios: moderación en las comidas, evitar alimentos grasos, picantes o muy azucarados, y limitar la ingesta de alcohol. "Si aparecen molestias, los antiácidos de uso ocasional como las sales de frutas o el bicarbonato pueden ser una opción, siempre bajo la orientación de un profesional sanitario", señala Blázquez.
Este llamado de atención invita a reflexionar sobre el uso responsable de los medicamentos, sobre todo en estas fechas donde las tentaciones gastronómicas abundan. Consultar con un especialista es siempre la mejor opción para cuidar nuestra salud.