Por Julia Porras
18 de octubre de 2022Hablar de menopausia es, para muchas mujeres, hablar de cambios físicos producidos por la bajada de dos hormonas fundamentales; los estrógenos y la progesterona. Hablamos de cambios físicos como sofocos, insomnio y ansiedad, pero también de mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y oncológicas. Sin embargo, “una reducción del 5% de la grasa corporal en la época post menopaúsica puede disminuir el riesgo de cáncer de mama en un 25%”, afirma el doctor Jesús Presa, jefe del Servicio de Ginecología Obstetricia del Hospital Universitario de Jaén.
Estas son algunas de las consecuencias más importantes de este periodo que sufre el 90% de las mujeres entre los 49 y los 55 años.
Ocho millones de mujeres están pasando o han pasado la menopausia en nuestro país. Silvia es una de ellas. Tiene 52 años y hace tres comenzó a sentir escalofríos terribles, un calor intenso que le subía del pecho y amenazaba con ahogarla. También empezó a tener problemas de insomnio y su zona abdominal empezó a hincharse inexplicablemente. “Una tristeza infinita me invadía sin razón aparente, me sentía abatida, y encima estaba engordando. Acudí a mi médico y este me remitió al ginecólogo que determinó, tras un análisis hormonal, que había entrado en la menopausia”.
La menopausia no es una enfermedad, “es una etapa de la vida de la mujer que debería empoderarla, no hundirla, porque es una época en la probablemente tiene mayor independencia económica y laboral y menos carga de crianza de hijos. Debería asociarse con una etapa de libertad, no de envejecimiento, pero desgraciadamente nuestra sociedad lo tiene estigmatizado y es un tema tabú y proclive para hacer chistes”, asegura el doctor Presa.
La bajada de hormonas provoca que un 25% de las mujeres tengan síntomas que puedan afectar a su calidad de vida. Entre estos está el insomnio, la tristeza sin explicación, la ansiedad, el dolor de articulaciones, el aumento de peso y la bajada de la libido, debido a la sequedad vaginal. Pero el síntoma que más remiten las mujeres que pasan por este momento es el de los sofocos. “Hay veces que me dan tres o cuatro sofocos por la noche, de manera que me tengo que levantar de la cama para asomarme por la ventana o abanicarme. Esto me impide dormir bien. Por el día es peor, porque a veces estoy en el trabajo y de repente empiezo a sudar por la cara, me pongo roja y siento que me ahogo”, cuenta Silvia.
Otro de los síntomas que más afectan es la sequedad vaginal, que suele ir acompañada de irritación y molestias y acarrea el deterioro de las relaciones sexuales, a pesar de que “esta es una edad en la que la mujer libre de ataduras de la crianza de los hijos y otras cargas debe tener una vida sexual plena y satisfactoria. Con la menopausia la libido baja y si a esto se suma que pueden tener molestias al realizar el acto sexual, la vida en pareja puede verse gravemente afectada”, explica el doctor Presa. Para ello hay solución; “la mujer debe usar lubricantes que la ayuden en este momento tan íntimo e importante, porque tener una vida sexual plena la ayudará a sentirse mejor también anímicamente”.
Por último, el peso corporal también sufre una variación, aunque según el doctor Presa, “no es el peso, sino la distribución de la grasa del cuerpo de la mujer, que en esta etapa se acumula en zonas en las que antes no lo hacía. Así el abdomen suele ser donde las mujeres aprecian que les sale ese ‘flotador’ de grasa tan indeseado. Este aumento de peso afecta directamente a la percepción que la mujer tiene de sí misma. Con lo que conlleva a nivel anímico y psicológico”.
Afortunadamente existen tratamientos a base de estrógenos y progesterona, que son las hormonas que pierde la mujer en esta etapa. “No son tratamientos que acaben con los síntomas, pero pueden mitigarlos. Y dar más calidad de vida a la mujer, que debería vivir esta etapa con tranquilidad”, afirma el doctor.
Además, la actividad física y una buena alimentación, basada por ejemplo en la dieta Mediterránea, ayudarán mucho a la mujer durante la menopausia, y “reducirán el riesgo cardiovascular que en esta época aumenta proporcionalmente, entre otros problemas.
La ansiedad y la tristeza también se verán mitigadas realizando actividad física y comiendo bien. Pero las mujeres en esta época lo que más necesitan es poder hablarlo. Porque la menopausia se sigue asociando con vejez, y la vejez se siguen viendo como algo negativo. “Quizá sea el momento de empezar a hablar de la menopausia como una etapa en la que la mujer tiene menos cargas a todos los niveles y puede ser más libre y feliz que nunca”, concluye el ginecólogo.