Por Andrea Rivero
2 de septiembre de 2022El cuerpo humano es el hogar de millones de microorganismos y los intestinos o la piel son de las zonas habitables más demandadas. Es más, se estima que a lo largo del aparato digestivo viven unos 100 billones de microorganismos. Cada una de estas zonas “residenciales” es lo que se conoce como microbiota.
La microbiota tiene zonas muy marcadas de ocupación. Está la microbiota del aparato digestivo, la del aparato genitourinario, la de la piel y la vaginal. En total se calcula que en el cuerpo humano pueden habitar alrededor de 40 billones de microorganismos.
De acuerdo con la doctora Dulcenombre Gómez Garre, investigadora especializada en microbiota del Hospital Clínico San Carlos, “la microbiota se define como el conjunto de microorganismos que viven en nuestro cuerpo. Tenemos por todas las mucosas de nuestro organismo, excepto la conjuntiva, aunque el 90% de los microorganismos se encuentran en el intestino”.
La microbiota intestinal
La cantidad de microorganismos que se pueden encontrar a lo largo del aparato digestivo es muy abundante. Según el conducto o la cavidad, existe una microbiota característica, aunque la intestinal es capaz de intervenir en las funciones de casi todos los órganos:
Según la doctora Gómez, “quizá la más importante es la función inmunomoduladora, que está tremendamente relacionada con la función de nuestro sistema inmune. Favorece su correcto desarrollo y, después, su correcto funcionamiento. Ya solo con eso tiene un impacto enorme en numerosas patologías. Pero todas sus funciones son esenciales”.
Una convivencia esencial
La relación humano-microbiota es sumamente beneficiosa e importante. Cada individuo tiene una microbiota única y de eso depende, en muchas ocasiones, las reacciones que tiene el cuerpo de cada persona a medicamentos, alimentos, etc. “Menos los accidentes de tráfico, todo lo que entra en los hospitales acaba teniendo algo que ver con la microbiota”, apunta Gómez.
Desde el momento del nacimiento comienza la colonización de la microbiota intestinal. Durante el parto o la cesárea se transmiten microorganismos diversos que serán los que marquen la microbiota de cada persona. Esta tarda alrededor de tres años en construirse y, una vez se llega a la edad adulta, se estabiliza hasta la vejez.
Sin embargo, a lo largo de la vida, la microbiota puede sufrir alteraciones debido al estrés, la alimentación, el estilo de vida, el consumo de antibióticos, etc. La alteración de la microbiota se conoce como disbiosis y, por lo general, los síntomas que genera son dolores de cabeza, molestias intestinales y pérdida de energía.
Existen muchos estudios que muestran la relación que tiene con el padecimiento de algunas enfermedades. Para la doctora Gómez, “una alteración del sistema inmune nos deja vendidos frente a infecciones, enfermedades autoinmunes, cáncer, alergias…cualquier alteración repercute en muchas patologías”.
Conociendo la enorme importancia de estos microorganismos, las investigaciones actuales se centran en averiguar las funciones que realiza cada bacteria para poder manipularlas según las necesidades de cada paciente y restaurar la función alterada.