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El cepillo de dientes, un arma de doble filo

No cambiarlo cada cierto tiempo o usarlo de manera incorrecta puede provocar graves consecuencias para la salud bucodental

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El cepillo de dientes, un arma de doble filo
Freepik

Por Pedro Martínez

21 de noviembre de 2024

Permanecer largos periodos de tiempo sin cambiar el cepillo de dientes favorece, a partir del cuarto mes, la aparición de hongos y bacterias que pueden llegar a provocar graves infecciones bucales.

Por otro lado, realizar el cepillado de manera incorrecta puede generar problemas como la recesión gingival, condición producida por un cepillado excesivamente brusco que provoca el retroceso de las encías dando un aspecto menos estético a la dentadura, llegando causar sensibilidad dental. Es conveniente consultar con un dentista qué tipo de cepillo es más conveniente en cada caso ya que, en función de cada boca, un cepillo con filamentos más gruesos y duros puede provocar daños severos en el esmalte y encías.

El cuidado bucodental es un hábito en el que hay que tener en cuenta muchas variables como el cambio del cepillo de dientes cada cierto tiempo, el tiempo y modo del cepillado, y los productos complementarios que se deben usar para tener una salud dental excelente.

¿Cuál es la vida útil de un cepillo de dientes?

Los cepillos de dientes son el elemento esencial del cuidado de la boca, por lo que su mantenimiento es esencial para tener una buena salud dental. Según el Consejo General de Dentistas, y teniendo en cuenta que existen dos tipos de cepillos, manual y eléctrico, es necesario conocer qué tipo de cuidados, ventajas y desventajas tiene cada uno.

Por un lado, el cepillo de dientes eléctrico puede llegar a eliminar más placa bacteriana que el cepillo manual, reduciendo el riesgo de gingivitis hasta en un 60%. Para un correcto uso, hay que colocar el cabezal en un ángulo de 45 grados hacia las encías sin aplicar presión, simplemente hay que guiar el cepillo por todos los dientes cambiando el cuadrante de la boca cada 30 segundos. El cabezal debe cambiarse cada tres meses de uso.

Por otro lado, el cepillo de dientes manual debe tener unas cerdas suaves y ser de un tamaño mediano, usándolo, al menos dos veces al día. El cepillado debe realizarse en un ángulo de 45 grados haciendo movimientos suaves de arriba abajo o en pequeños círculos cepillando todas las superficies dentales. Transcurridos tres meses es necesario sustituirlo por uno nuevo, así como tras sufrir una infección bucal o de garganta.

Los complementos que hacen que el cepillado sea una práctica plena son la pasta fluorada, el cepillo interdental, la seda dental, el colutorio, los irrigadores bucales, el raspador de lengua y, en caso de que se usen prótesis, productos para la limpieza de estas.

 



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