
Por Santiago Melo
22 de octubre de 2025Los quistes de ovario son formaciones llenas de líquido que, aunque en la mayoría de los casos son benignas y asintomáticas, pueden provocar complicaciones si alcanzan cierto tamaño o si se rompen o se produce una torsión. En estos casos, la cirugía suele ser necesaria y, cada vez más, se opta por la vía laparoscópica, una técnica mínimamente invasiva que permite una recuperación más rápida y con menos molestias para la paciente.
“Cuando un quiste presenta riesgo de torsión o ruptura, o si se sospecha de un embarazo ectópico, debemos intervenir de inmediato”, explica el doctor Mariusz Niewiadomski, ginecólogo del Hospital Quirónsalud Costa Adeje. En estas situaciones, la laparoscopia es la técnica preferida. “Permite operar de forma más precisa y que la paciente retome su vida normal en apenas dos o tres días, algo impensable con la cirugía abierta tradicional”, añade.
La cirugía laparoscópica se realiza a través de pequeñas incisiones, de menos de un centímetro, por las que se introducen instrumentos quirúrgicos y una cámara que guía al equipo médico. Esta técnica evita abrir el abdomen, reduce el riesgo de infecciones, acorta la estancia hospitalaria y provoca un menor dolor postoperatorio. De hecho, muchas pacientes reciben el alta médica el mismo día de la intervención.
Además de sus ventajas en términos de recuperación, la laparoscopia también ofrece mejores resultados estéticos, ya que las cicatrices son casi imperceptibles. También facilita una intervención más precisa, especialmente en casos complejos, gracias al uso de torres laparoscópicas con tecnología de alta definición.
Finalmente, los especialistas recuerdan la importancia de seguir las recomendaciones médicas antes y después de la cirugía. Un diagnóstico precoz y una intervención a tiempo pueden evitar complicaciones mayores, como la pérdida del ovario, y garantizar una recuperación rápida y segura.