Por Gema Puerto
26 de abril de 2023A pesar de que la menopausia tiene muchas connotaciones negativas, también tiene sus cosas buenas. Desaparecen las dolorosas reglas, se ahorra dinero ya que no hay que comprar compresas, copas menstruales, tampones e, incluso, hay mujeres, que mejoran notablemente las relaciones sexuales con su pareja. Sin embargo, “el hecho de tener menos estrógenos a partir de los 45”, como explica la ginecóloga y sexóloga, Myriam Ribes, “a veces puede producir sequedad vaginal y causar molestias durante el sexo con penetración”.
Durante esta etapa, debido a la desaparición de estrógenos y otras hormonas la mujer “puede sufrir ardor, picazón o escozor en la zona genital. A esto, se le llama dispareunia, o coitalgia, y se refiere al dolor que aparece durante el coito y que se produce con mayor frecuencia en las mujeres que en los hombres”, explica Ribes.
En los cambios vaginales que ocurren durante la menopausia disminuye la lubricación vaginal, lo que se traduce en un aumento de la sequedad y origina ciertas molestias que pueden llevar a evitar tener relaciones. De hecho, se estima que la sequedad vaginal afecta al 80 % de las mujeres posmenopáusicas en España. Para estos casos, Ribes recomienda distintos tratamientos como “cuidar la zona con distintas cremas hidratantes, realizar masajes de vibración con distintos juguetes eróticos, usar lubricantes… Y si no hay contraindicaciones, usar tratamientos médicos con fármacos: como estrógenos locales, testosterona local, como la prasterona, fármacos sistémicos orales como el ospemifeno dirigido a la atrofia vaginal (afección por la que los tejidos que revisten el interior de la vagina se adelgazan, secan e inflaman), o acudir a terapias en centros privados basadas en luz pulsada, la radiofrecuencia u otras terapias regenerativas vaginales como la inyección de hialurónico, el PRP, o el lipofilling (una cirugía sencilla en la que extraemos las células grasas de la paciente a poder ser cercanas a la zona genital).
Con el cese de la menstruación y el déficit de estrógenos el aparato urogenital es más vulnerable a padecer infecciones vaginales. A partir de los 50 años, infecciones urinarias como la cistitis, son muy frecuentes. La vagina está menos protegida ante la acción de agentes patógenos, ya que hay una menor producción de los lactobacilos que la protegen. Además, debido a esa disminución hormonal, el pH de la vagina sufre variaciones y se produce un desequilibrio de la flora vaginal que también puede propiciar la colonización de bacterias.
Otro de los problemas en las relaciones sexuales durante la menopausia, es la variación en la intensidad de los orgasmos. En esta época se puede perder tono muscular y tonificación en el suelo pélvico lo que provoca que las contracciones durante el orgasmo no sean igual de intensas y duraderas. Los ejercicios hipopresivos o los ejercicios Kegel pueden ayudar a aumentar el tono muscular de la zona y recuperar la tonificación perdida.