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Más de la mitad de los jóvenes ha tenido en el último medio año sexo sin protección

Según el “IV Barómetro Juvenil 2023. Salud y Bienestar”, las conductas de riesgo al volante también son habituales

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Más de la mitad de los jóvenes ha tenido en el último medio año sexo sin protección
Foto de Helena Lopes

Por Andrea Martín

20 de septiembre de 2023

Un 51,1% de los jóvenes españoles ha tenido, al menos una vez en el último medio año, relaciones sexuales sin protección, y casi dos de cada diez (19%) reconocen que lo hace con frecuencia (a menudo o con mucha frecuencia). Esta es una de las conclusiones del “IV Barómetro Juvenil 2023. Salud y Bienestar”, publicado por la Fundación Mutua Madrileña y Fad Juventud, en el que se recogen las opiniones de más de 1.500 jóvenes españolas.

El Barómetro se centra en los comportamientos de riesgo de los jóvenes y en su percepción de inseguridad cuando los asumen. Así, de acuerdo con el informe, más de la mitad de las mujeres de entre 15 y 29 años cree que puede llegar a sufrir violencia sexual. En concreto, un 51,5% de las mujeres, 28 puntos por encima del porcentaje de los hombres, que se sitúa en un 23,7%. “Este Barómetro nos permite ver la evolución de las conductas en la juventud y detectar puntos de intervención para lograr eliminar ciertos comportamientos extendidos que puedan comprometer la salud pública”, explica Lorenzo Cooklin, director general de la Fundación Mutua Madrileña.

Comportamientos de riesgo

Tener relaciones sexuales de riesgo y participar en peleas son las situaciones que, con más frecuencia, realiza este grupo de edad en nuestro país. Además del sexo sin protección, las conductas de riesgo al volante también son habituales. Un 21,2% de los jóvenes ha conducido tras fumar porros, al menos, una vez en el último medio año, mientras que un 9,1% lo ha hecho de manera recurrente. A su vez, un 26,6% de los jóvenes afirma haber conducido, al menos una vez en los últimos seis meses, tras consumir alcohol y el 7,5% confirma hacerlo habitualmente.

La pandemia ha marcado un antes y un después en la manera en la que los jóvenes se enfrentan a determinados comportamientos de riesgo como el consumo de drogas, la conducción temeraria, situaciones relacionadas con el acoso y la violencia física o ligados a la sexualidad. En general, se observa un decrecimiento entre 2021 y 2023 en la realización de comportamientos de riesgo con alta frecuencia, siendo este último año un punto de inflexión teniendo en cuenta que no habían dejado de incrementarse desde 2017. Como ejemplo, la participación en peleas con frecuencia pasó de un 1,6% en 2017 hasta el 4,7% en 2019 y se incrementó en 2021, llegando al 11,1%, para reducirse ligeramente en 2023, hasta el 9,2%. En el caso de la conducción bajo los efectos de las drogas o el alcohol se ha seguido un recorrido similar desde el 2019 hasta 2023 con un 5,6%, 7,7% y 8% respectivamente.

Las relaciones sexuales sin protección también descendieron en 2019, con un 9,5%. Sin embargo, volvieron a aumentar durante la pandemia. De hecho, en la actualidad, algo más de cuatro de cada diez declaran que nunca tienen relaciones sexuales en situación de riesgo (42,9%), mientras que más de tres de cada diez indican que tiene relaciones sexuales de riesgo de vez en cuando (32,1%) y casi dos de cada diez reconocen que lo hace con frecuencia (19%).

Las borracheras son otro de los datos que se desprenden del barómetro en donde se ha mostrado un descenso en la proporción de jóvenes a quienes les parece totalmente asumible el emborracharse sin perder el conocimiento (del 26,3% de 2021 al 17,6% actual). También desciende el porcentaje de jóvenes que realizan deportes de riesgo (24,1% al 23,4%) y se mantienen relativamente estables otras cuestiones como el consumo de cocaína o pastillas (6,8% al 7,9%) o conducir a mucha velocidad (12,1% al 14,7%).

Beatriz Martín Padura, directora general de Fad Juventud, explica que “comprender cómo las y los jóvenes se enfrentan a los comportamientos de riesgo permite identificar las estrategias más efectivas para prevenir problemas de salud y promover comportamientos saludables. Si conocemos los desafíos a los que se enfrentan y las formas en que abordan los comportamientos de riesgo, podemos diseñar programas y políticas más adecuados y adaptados a sus necesidades”.



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