Por Santiago Melo
14 de julio de 2025Un estudio presentado en el congreso ENDO 2025, la reunión anual de la Endocrine Society en San Francisco (Estados Unidos), revela que la salud metabólica, en especial el nivel de azúcar en la sangre, juega un papel clave en la función sexual de los hombres.
La investigación, liderada por el Hospital Universitario de Münster (Alemania), apunta a que incluso aumentos moderados de glucosa, sin llegar al umbral de la diabetes, pueden afectar la movilidad de los espermatozoides y la calidad de las erecciones.
El estudio forma parte del proyecto FAME 2.0 y se llevó a cabo entre 2014 y 2020 con una muestra de 200 hombres sanos de entre 18 y 85 años. Durante ese tiempo, los investigadores evaluaron progresivamente parámetros como el semen, el perfil hormonal, el estado metabólico (índice de masa corporal y niveles de HbA1c, el marcador de azúcar en sangre) y distintos aspectos de la función sexual.
A diferencia de estudios previos centrados en la edad o la testosterona como principales responsables del deterioro sexual masculino, este trabajo señala que los cambios metabólicos, especialmente la hiperglucemia, son un factor más determinante. Según el doctor Michael Zitzmann, autor principal del estudio, “incluso sin diabetes, los niveles elevados de glucosa pueden tener un impacto directo sobre la salud sexual”.
Aunque no se observaron alteraciones significativas en los niveles hormonales ni en la producción general de esperma, sí se documentó un empeoramiento progresivo en la capacidad de los espermatozoides para moverse correctamente, así como una disminución en la calidad de las erecciones entre quienes tenían niveles más altos de azúcar en sangre. El estudio también encontró que los niveles de testosterona influyen más en el deseo sexual que en la capacidad eréctil propiamente dicha.
Los autores destacan que estos hallazgos refuerzan la necesidad de prestar atención a la salud metabólica incluso en personas sin enfermedades diagnosticadas. “Este conocimiento permite a médicos y pacientes planificar estrategias preventivas. Está en nuestras manos conservar el bienestar sexual con buenos hábitos de vida y un control adecuado del azúcar en sangre”, subraya Zitzmann.