Por Clara Arrabal
22 de mayo de 2025Allá por la década de los 90 irrumpió una de las campañas publicitarias que más huella dejó en la sociedad de entonces. Este no fue un anuncio sobre pisos turísticos en el Levante español ni sobre la temprana aparición de las nuevas tecnologías, sino que hablaba del uso del preservativo, tan tabú en aquella época. De hecho, fue esto lo que le convirtió en uno de los eslóganes más comentados del momento y también el que mayor huella dejó en la posteridad. Nos referimos al mítico “Póntelo, pónselo”, que ya ha cumplido 35 años.
Por aquel entonces, esta campaña abrió un nuevo camino y, gracias a ella, los jóvenes empezaron a hablar libremente sobre sexo. Sin embargo, más de tres décadas después parece haber quedado en el olvido, pues las cifras de incidencia de las infecciones de transmisión sexual (ITS) no paran de crecer. Además, uno de los sectores poblacionales a los que más afecta este aumento es a las personas mayores de 60 años, es decir, aquellos que eran jóvenes cuando eclosionó la revolución del “Póntelo, pónselo”.
Esta campaña nació de la mano de la agencia Contrapunto y se basaba en un anuncio audiovisual en el que se veía al director de un colegio frente a un grupo de alumnos. “He encontrado esto en el vestuario. ¿De quién es?”, decía sosteniendo un preservativo y ante las risas nerviosas de los jóvenes.
Esta fue la primera vez que se habló explícitamente de una medida preventiva y anticonceptiva, lo que impactó de manera directa en la sociedad del momento, sobre todo en los jóvenes. “El preservativo es el medio más eficaz para la prevención de embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual”, decía a continuación el anuncio.
Esto despertó nuevas sensibilidades en un contexto en el que algunas farmacias todavía se negaban a comercializar estos productos a los menores de edad, aunque España fuera el segundo país, por detrás de Portugal, con mayor incidencia de VIH.
Ya con la vista en el presente, llama la atención que las infecciones de transmisión sexual se hayan triplicado entre los mayores de 60 años. Esto se debe, entre otros factores, a las nuevas tendencias de socialización en la edad adulta, como las citas a través de aplicaciones web o los encuentros organizados mediante las redes sociales. Además, el riesgo nulo de embarazo hace que muchas de estas personas opten por no hacer uso del preservativo.
Según los datos del Centro Nacional de Epidemiología, el 75% de los mayores de entre 55 y 65 años no utiliza protección nunca o casi nunca al mantener relaciones sexuales, a pesar de que estos son el colectivo más vulnerable. Además, la tercera edad es el segmento de población que menos visitan al médico en el caso de contraer una enfermedad o una infección de trasmisión sexual, aún por motivos de estigma o bochorno.
Según el Ministerio de Sanidad, la situación entre los jóvenes tampoco está mucho mejor. De hecho, aquellos de una edad comprendida entre los 15 y los 18 años también prescinden en muchas ocasiones del preservativo. Como afirman los datos, el 35% de los adolescentes mantienen relaciones sexuales, aunque solo el 65,5% de estos utilizan preservativo. Además, se ha producido un aumento de los embarazos no deseados, llegando a afectar hasta al 2,9% de las adolescentes en España; y también llama la atención el incremento del VIH, pues en 2021 se notificaron 160.000 nuevas infecciones en personas de entre 10 y 19 años.
Entre las patologías más comunes, destacan la gonorrea y la sífilis, que han aumentado significativamente en dos años. En Europa, los datos del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) advierten de un fuerte repunte en 2023: se notificaron más de 434.000 casos de clamidia y un incremento del 31% en los de gonorrea respecto al año anterior, siendo las más expuestas las mujeres de entre 15 y 25 años.
Por todo ello, los especialistas piden campañas de impacto, como la del “Póntelo, pónselo” o la del “SiDa-NoDa”, que tanta repercusión tuvieron en su momento, tanto a nivel educacional, como social y en el ámbito de la prevención de las ITS.