Por Virginia Delgado
10 de octubre de 2025La palabra “psiquiatrizar” no se encuentra en la Real Academia Española (RAE), pero es un término que cada vez se utiliza más. Hace referencia al proceso de interpretar los problemas cotidianos como si fueran enfermedades que precisan un tratamiento médico.
Esta tendencia está ganando terreno en los últimos años, debido a que hablar de salud mental está dejando de ser un tabú. Sin embargo, los expertos alertan de que la "psiquiatrización de la vida cotidiana” no es buena por varias razones. Por una parte, lleva a que las personas se mediquen en exceso y, por otra, a que el sistema sanitario desvíe recursos y la atención de las enfermedades mentales graves, como la esquizofrenia o las depresiones severas. “En la actualidad, parece que cualquier situación en la que se puedan presentar elementos de trauma requiere la ayuda del psiquiatra o del psicólogo. Parece que tenemos que tratar absolutamente todo y eso no es bueno”, explica a Medicina Responsable Emilio Sánchez, psiquiatra del Hospital Gregorio Marañón de Madrid.
El facultativo lamenta que se vaya más allá y se estén derivando a su ámbito sanitario situaciones sociales que no están dentro del cuadro de la enfermedad mental. “Nos llegan personas que solicitan la eutanasia porque se les exige pasar previamente por nuestras consultas para validar la consideración. Esto es un error. Como también lo es lo que está sucediendo con las personas trans. Aquí también se ha intentado psiquiatrizar”, señala el doctor Sánchez.
Independientemente de lo que esté sucediendo con esta tendencia, el facultativo aplaude que el estigma de la psiquiatría haya mejorado. “Antes, la gente lo ocultaba, se avergonzaba o tenía miedo a represalias en su entorno cuando acudía a vernos. Hoy, esto ha mejorado aunque está en vías de superación. Todavía, se sigue callando la gente cuando sufre trastornos mentales graves como la bipolaridad o la esquizofrenia”, señala.
El psiquiatra indica que se debe acudir a consulta cuando se experimenta un alto sufrimiento a nivel emocional o una alta limitación que impide continuar con el estilo de vida normal. “Si tengo un contratiempo y empiezo a tener el ánimo bajo, si siento tristeza, si dejo de hacer las cosas que hago habitualmente, como quedar con mis amigos, ir con mi familia o realizar mis hobbies, debería ir al psiquiatra. Nosotros ayudamos independientemente de lo que lo esté desencadenando”, explica el doctor Sánchez.
En la actualidad, además de a personas con trastornos mentales graves, en consultas como la suya se está atendiendo a personas que han perdido a un ser querido, que han sido diagnosticados de una enfermedad invalidante o que tienen problemas en el trabajo, en el hogar o con la pareja.
El facultativo lamenta que un gran número de pacientes llegan muy medicados. “Sucede también en la población en general. A muchos les recetan psicofármacos en la Atención Primaria que no necesitan o sí, pero se los llevan tomando demasiado tiempo, incluso años. Yo se los quito. Soy partidario de la medicación, pero no en exceso”, concluye.