Por Pedro Gargantilla, director médico de Medicina Responsable
17 de noviembre de 2023Se cuenta que Crisipo, el filósofo estoico griego, murió de la risa como consecuencia de un chiste que el mismo contó y que algo parecido le sucedió en el siglo XVI al poeta italiano Pietro Aretino, que se desplomó sobre el sillón mientras se reía, con la mala fortuna que terminó desnucándose.
Al margen de estos dos casos, es posible, al menos científicamente morir de la risa, aunque es cierto que es extremadamente raro. Y es que sabemos que la risa puede aumentar la presión intratorácica lo cual puede acarrear, por ejemplo, la rotura de un aneurisma aórtico en un paciente que sufra esta dolencia. El aumento de la presión también puede ser potencialmente peligroso para pacientes con estenosis carotídeas bilaterales, con arritmias o con asma, ya que puede desencadenar una crisis. En Román paladino, la ciencia certifica que es posible morir de la risa.