Por Virginia Delgado
25 de junio de 2024La escoliosis es una alteración de la forma de la espalda, conocida también como “desviación de columna”.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta al 3% población, principalmente, a niños y jóvenes. Lo más habitual es que se presente durante la adolescencia, coincidiendo con el pico de crecimiento. En España, se estima que puede afectar a entre 70.000 y 105.000 adolescentes de 10 y 16 años (2-3% de la población de esa edad). No obstante, existen casos más precoces, como la escoliosis idiopática infantil, que aparece hasta los tres años, y la juvenil, que se diagnostica entre los cuatro y nueve.
Coincidiendo con la celebración del Día Mundial de la Escoliosis, el 25 de junio, la Sociedad Española de Columna Vertebral (GEER) ha lanzado un mensaje de concienciación sobre su diagnóstico precoz. También, ha subrayado que la época estival es la mejor para detectar este trastorno musculoesquelético. “Ahora, en verano y con el bañador puesto en la playa o la piscina, a los niños se les ve mejor la espalda. Debemos observar y estar atentos. Ante la más mínima duda, aconsejamos acudir a un especialista e, igualmente, visitar al pediatra de forma preventiva para poder detectar de forma precoz esta enfermedad. Su evolución dependerá mucho de cuándo se detecte. Hay que evitar la progresión de la curva”, ha explicado el presidente de GEER, Luis Álvarez.
Aunque su origen es desconocido, se sabe que hay algunos factores genéticos que pueden influir en la aparición de la escoliosis en los niños, no obstante, no se trata de una alteración que sea completamente hereditaria. Su detección se hace por el test de Adams. Durante el mismo, el niño se inclina hacia delante con los pies juntos y las rodillas extendidas, mientras descuelga los brazos. El diagnóstico definitivo se hace midiendo el ángulo en una radiografía de pie.