Por Pedro Gargantilla, director médico de Medicina Responsable
7 de diciembre de 2022Desde el año 1980 la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece unos estándares internaciones de calidad del semen. A través del seminograma es posible estudiar el potencial reproductivo del varón, analizando diferentes parámetros, tanto macroscópicos, como son el pH, el volumen, la densidad y el color, como microscópicos, entre los que se encuentran la movilidad, la morfología y la vitalidad de los espermatozoides.
Se considera que los parámetros son normales cuando el volumen eyaculado es superior a 1.5 mililitros y cuando la cantidad de espermatozoides por mililitro es mayor de 15 millones.
En cuanto a movilidad existen cuatro categorías de espermatozoides: tipo A, los que se mueven en línea recta y a velocidad rápida; los espermatozoides B que se mueven en línea recta, pero van más lentos; los de tipo C, que se mueven mucho pero no avanzan o se mueven en círculos, y los espermatozoides D, que no se mueven.
Según esta clasificación, los espermatozoides más rápidos son los del tipo A, que pueden alcanzar una velocidad de 25 micras por segundo, lo que les permite llegar al óvulo en unos 45 minutos.
Desde el año 1980 no han parado de publicarse estudios que analizan el semen y que alertan de un descenso progresivo tanto de la calidad como de la cantidad seminal. Se postula que hay una serie de factores que contribuye a este empeoramiento como son la contaminación, el tabaco, el estrés o la existencia de hábitos de vida poco saludables.
Según un informe realizado por el Servicio de Reproducción Asistida del Institut Marqués, dentro del territorio español, el semen gallego se sitúa a la cabeza como el de mayor calidad. Según este estudio, más del 50% de los jóvenes españoles tienen una calidad espermática subóptima, una cifra que en la comunidad gallega sólo alcanza al 8,5%.
Más allá de nuestras fronteras la situación tampoco es muy halagüeña. Según los datos aportados por un estudio de la Universidad Hebrea de Jerusalén entre los años 1993 y 2011 la concentración media pasó de 99 millones por mililitro de esperma por muestra a 47 millones.
Si hacemos caso a las publicaciones especializadas, la mejor calidad seminal a nivel mundial la encontramos en Finlandia, donde los varones tienen, por término medio, una concentración superior a los 200 millones de espermatozoides por mililitro.