Por Santiago Melo
30 de abril de 2025El uso del semen como supuesto tratamiento cosmético para la piel es una de esas creencias populares que han ganado visibilidad a través de internet y redes sociales, pero que carece de respaldo científico. Así lo explica la doctora Loreto Carrasco, dermatóloga del Centro Creciendo Madrid: “A pesar de que este fluido contiene ciertos compuestos que en teoría podrían tener propiedades dermatológicas, no existen evidencias clínicas que avalen su aplicación tópica como segura o eficaz”.
El semen está compuesto por una mezcla de espermatozoides y plasma seminal, donde se encuentran proteínas, enzimas, aminoácidos, minerales como el zinc, vitaminas B12 y C, fructosa, lípidos y hormonas como la testosterona. Entre los componentes más citados se encuentra la espermina, una poliamina con efecto antioxidante que, en teoría, podría combatir el estrés oxidativo de la piel. También se mencionan propiedades regeneradoras derivadas de los aminoácidos o la acción antiinflamatoria del zinc.
Sin embargo, la concentración de estas sustancias en el semen es muy baja. Por ejemplo, la vitamina C aparece solo en trazas y la espermina en niveles inferiores a 1 mg/ml, muy por debajo de las cantidades utilizadas en cosméticos formulados específicamente para ejercer funciones antioxidantes o reparadoras. Además, no hay estudios clínicos controlados que hayan evaluado su eficacia dermatológica real.
Desde el punto de vista dermatológico y sanitario, la doctora Loreto Carrascos subraya que aplicar semen directamente sobre la piel no es recomendable. Su pH alcalino (entre 7,2 y 8) puede alterar el equilibrio ácido de la piel (normalmente entre 4,5 y 5,5), lo que favorece la aparición de irritaciones o dermatitis. Tampoco es un fluido estéril: puede contener bacterias, virus y otros patógenos como el VIH, herpes, virus del papiloma humano o sífilis, lo que convierte su uso en un riesgo innecesario para la salud, especialmente si hay heridas o micro lesiones cutáneas.
La inestabilidad del semen fuera del cuerpo también dificulta su conservación y uso como ingrediente cosmético, ya que sus compuestos activos se degradan rápidamente si no se estabilizan químicamente.
Por todo ello, la comunidad científica y médica no considera el semen como un ingrediente adecuado para el cuidado de la piel. Para obtener beneficios antioxidantes, regeneradores o antiinflamatorios, existen alternativas eficaces, seguras y clínicamente probadas como la vitamina C, niacinamida, ácido hialurónico o péptidos, disponibles en formulaciones diseñadas específicamente para uso tópico.
En conclusión, aunque su composición química pueda parecer prometedora a simple vista, el uso del semen como cosmético carece de evidencia, implica riesgos biológicos y no está respaldado por protocolos dermatológicos o sanitarios.