Por Pedro Martínez
5 de junio de 2025El Ministerio de Sanidad ha activado el Plan Nacional de Actuaciones Preventivas de los Efectos del Exceso de Temperaturas sobre la Salud, cuya aplicación se extiende entre el 16 de mayo y el 30 de septiembre de 2025. Esta estrategia tiene como finalidad prevenir y mitigar los efectos negativos que las altas temperaturas pueden tener sobre la salud de la población.
El diseño se apoya en un sistema de alerta basado en predicciones meteorológicas y datos de mortalidad diaria, identificando riesgos de forma precoz y estableciendo niveles de intervención según la intensidad térmica y el impacto sanitario.
Este año, el Plan ha incluido Meteosalud.es, un nuevo recurso técnico que permite comprender el funcionamiento del sistema de niveles de alerta térmica facilitando su interpretación, tanto para profesionales del ámbito sanitario y de protección civil como para responsables institucionales y la ciudadanía.
Mónica García, ministra de Sanidad, ha querido hacer hincapié en la necesidad de “Reducir el impacto del calor sobre la población especialmente sobre los grupos vulnerables”. Estos grupos vulnerables comprenden a personas mayores de 65 años, madres gestantes o lactantes, menores de 4 años, personas con trastornos de memoria o comprensión, con enfermedades crónicas (como la diabetes), con tratamientos médicos y aquellas que consuman alcohol y drogas. Todas estas patologías previas que aumentan las probabilidades de sufrir una emergencia a causa del calor es lo que se conoce como Factores de Riesgo (FR).
Desde un prisma social, según explican desde Sanidad, la marginación, el aislamiento, la dependencia, la discapacidad, las condiciones de habitabilidad de las personas con menos recursos se convierten en FR que hacen aún más vulnerables a estos colectivos.
Este Plan Nacional ha sido constituido como un proyecto interinstitucional en el que pueda tomar parte desde la Administración Central, hasta las Administraciones Locales y Autonómicas. Como base de la iniciativa se han establecido cuatro niveles, desde la ausencia de riesgo (nivel 0), hasta el alto riesgo (nivel 3), incluyendo cada uno de estos niveles un protocolo de actuación para tratar de evitar cualquier tipo de perjuicio sobre la salud de los ciudadanos.