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La sal, clave para tratar el granuloma umbilical

Tras la caída del cordón umbilical en los bebés puede aparecer esta lesión benigna que, si no se trata, puede ser la puerta de entrada a infecciones umbilicales

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La sal, clave para tratar el granuloma umbilical
Fuente: Quirónsalud

Por Aurora Molina

21 de febrero de 2024

El granuloma umbilical es una "lesión benigna en el ombligo que aparece en las primeras semanas de vida tras la caída del cordón umbilical". Tiene aspecto redondeado, de color rosado , húmedo y, en ocasiones, puede presentar secreción clara amarillenta. “Es un sobrecrecimiento de tejido que aparece durante el proceso de curación de los restos del cordón, pero se desconoce la causa”, señala la doctora Raquel Fernández, especialista en Pediatría del Hospital Quirónsalud Bizkaia.

Habitualmente se cura de forma espontánea, "pero, a veces, si no se trata, crece de tamaño y puede ser la puerta de entrada a infecciones umbilicales", por lo que es recomendable que los especialistas observen la lesión.

Hay dos formas de tratarlo principalmente. Por un lado, se encuentra la forma tradicional, usada durante muchos años, mediante nitrato de plata. “Es eficaz y cura la lesión, pero hay riesgo de producir quemaduras”, explica la doctora Fernández. Por otro lado, existe el tratamiento con “sal común de cocina, que es eficaz y muy seguro” y que, además, es el recomendado por los especialistas. La forma de aplicar es la siguiente:

  • Con las manos limpias se cubre el granuloma con una pizca de sal.
  • Se pone encima una gasa y se mantiene durante 20 minutos.
  • Se retira la gasa y se quitan los restos de sal con la ayuda de una nueva gasa limpia húmeda.
  • Debe repetirse este procedimiento dos veces al día durante tres días.
  • La doctora recomienda "hacerlo mientras el bebé duerme, por comodidad”, e indica que los resultados suelen verse al segundo o tercer día. “Se aprecia que el granuloma se reduce, cambia de color y se va curando gracias a las aplicaciones". En este sentido, desde el servicio de Pediatría explican que “si no se observara la curación, se debe volver a comentarlo en la consulta".

Otra cuestión es la onfalitis, infección del ombligo y los tejidos que le rodean, que presenta algunos signos que nos pueden ayudar a reconocerla y consultar con el pediatra. Por ejemplo, cuando la piel está roja, el ombligo huele mal o presenta supuración; o el bebé tiene fiebre o dolor en el propio ombligo.



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