Por Julia Porras
28 de octubre de 2022La gripe es un virus que afecta a mayores y pequeños por igual, nadie se libra. De hecho, la población pediátrica (de 0 a 16 años) es muy susceptible de infectarse con este virus y, aunque no llegue a ser mortal, esta afección sí que puede llegar a complicarse en los pequeños.
En los últimos años, el grupo de edad de menores de cinco años es el que acumula una mayor incidencia de gripe, con 5.000 y 6.000 casos por cada 100.000 habitantes, según el Servicio de Vigilancia de la Gripe en España (SVGE) y, salvo los que tienen patologías, no son actualmente considerados grupo objetivo de vacunación de la gripe. Sin embargo, las enfermeras recomiendan que se les ponga la vacuna frente a esta patología.
Hasta ahora, sólo se consideran como grupo objetivo de vacunación a los menores con patologías o factores de riesgo. Sin embargo, tres regiones, Murcia, Galicia y Andalucía ya han empezado a inmunizar a niños de entre seis meses y cinco años frente a la gripe y Cataluña ya ha anunciado su intención de hacerlo para la próxima campaña de vacunación en 2023. De hecho, el pasado 20 de octubre, el Consejo Interterritorial de Salud aprobaba la recomendación de la incorporación de la vacuna frente a la gripe en el calendario de vacunación para la población infantil entre los seis meses y los cinco años para la temporada 2023-2024.
“En la edad pediátrica tenemos tasas de hospitalización muy importantes, que se asemejan mucho a las de la población adulta. Pueden llegar hasta 80-90 casos de hospitalizaciones. Además, en el 85% de los casos graves hospitalizados de menores de 15 años no había factores de riesgo previos y se dan más casos de muertes pediátricas por gripe en niños que no tenían patologías previas”, subraya la enfermera Silvia Bernárdez.
Por su parte, la Asociación Española de Pediatría destaca las cinco razones por las que los niños deberían recibir la vacuna contra la gripe:
1. La incidencia es mucho más alta en la infancia, pudieron ser entre tres y cuatro veces mayor que la estimada en los adultos. “Esto es porque los niños pequeños tienen mucha más relación con las secreciones y las mucosidades sin ningún control, y esta es una de las vías de contagio de la gripe”, asegura el doctor Pedro Gargantilla.
2. Los niños liberan mayor cantidad de virus durante un periodo de tiempo más prolongado que los adultos, por lo que son mayores transmisores de la enfermedad. “Los menores, y sobre todo los de edad escolar, son el principal mecanismo de transmisión y diseminación de la enfermedad, ya que la propagan fácilmente en su entorno, sobre todo entre las personas mayores. Los abuelos son los más perjudicados porque son los que los cuidan cuando están enfermos y no pueden ir al colegio”. El riesgo aquí está claro: los mayores tienen más posibilidades de sufrir la enfermedad de forma grave e incluso de morir.
3. Los menores que acaban siendo hospitalizados por gripe, son dos de cada tres casos, y suelen ser niños sanos y sin patologías previas. En contra de la creencia habitual, las tasas de niños hospitalizados por cuadros de gripe grave superan, año tras año, las de los adultos mayores de 65 años.
4. La única forma de prevenir la gripe, como otras enfermedades es la vacunación. La OMS recomienda la vacunación sistemática en menores de cinco años, usando vacunas inactivadas y vacunas vía intranasal.
5. La vacuna de la gripe muestra año tras año su seguridad y eficacia, de hecho, los síntomas post-inoculación en niños son leves o moderados e, incluso, pueden no aparecer. Además “los riesgos de una vacuna son siempre menores que los que puede provocar contraer la enfermedad”, afirma el doctor Gargantilla.
Como explica José Antonio Forcada, presidente de la Asociación Enfermería y Vacunas (Anenvac), “hasta un 40% de los niños van a pasar una infección gripal durante esta temporada. Puede que incluso más, porque llevamos dos años de una muy baja circulación de gripe, donde no ha habido apenas infecciones y, por lo tanto, se ha perdido una cierta inmunidad que se va adquiriendo con el paso del tiempo. Inmunidad que los más pequeños no tienen porque no han tenido tiempo de contactar con el virus”.