Por Julia Porras
20 de enero de 2023Los pediatras también son personas y, como tales, pueden cometer fallos o llevar a cabo prácticas que puedan perjudicar o no aportar nada a sus pacientes. Por ello, desde la Asociación Española de Pediatría (AEP) han publicado una lista de recomendaciones de “NO HACER” en los distintos ámbitos de atención pediátrica.
Una de las primeras recomendaciones viene del Comité de Medicamentos de la AEP y Grupo Español de Farmacia Pediátrica, de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (GEFP-SEFH), que recuerda que los pediatras no deben proporcionar información escrita sobre la medicación a los padres o personas cuidadoras, sin las explicaciones orales pertinentes y sin verificar que la comprenden. En esta línea es muy importante no prescribir en cucharadas o prescribir exclusivamente en ml sin utilizar unidades de masa (ej. mg), concentración o presentación específica y no prescribir nunca un medicamento sin comprobar antes el peso actual del paciente, alergias, contraindicaciones y posibles interacciones con el medicamento.
Por su parte la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría (SEUP) apunta a que no se debe iniciar un tratamiento antibiótico en un paciente con sospecha de infección del tracto urinario sin haber recogido previamente un urocultivo por método estéril. Además, tampoco se debe administrar antibiótico a un paciente con una infección respiratoria viral no complicada (catarro de vías altas, laringitis, bronquitis, bronquiolitis). Desde la SEUP recuerdan también la importancia de no retrasar el inicio de la antibioticoterapia empírica para obtener cultivos (sangre y/o líquido cefalorraquídeo) en un paciente con sospecha clínica de sepsis y no dejar de comunicar cualquier sospecha de maltrato y/o abuso en un niño.
La Sociedad Española de Pediatría Interna Hospitalaria (SEPIH), por su parte, advierte de que no se debe efectuar el ingreso hospitalario sin comprobar la pulsera identificativa, los antecedentes alérgicos ni la hoja de tratamiento del menor. Asimismo,no se deben emplear fluidos hipotónicos como fluidoterapia de mantenimiento,ni administrar medicamentos que no estén correctamente identificados. Tampoco es correcto realizar cualquier traspaso de cuidados entre profesionales de forma delegada, sin que esté presente alguno de los responsables de la asistencia.
Por su parte la Sociedad Española de Cuidados Intensivos Pediátricos (SECIP) recuerda que no se debe demorar el inicio de alimentación enteral sin que esté contraindicada en bebés ni prolongar la duración del tratamiento antibiótico más tiempo del recomendado. Además, no es bueno demorar la colocación de un acceso intraóseo en un paciente en parada cardiorrespiratoria o peligro inminente de parada por canalizar una vía venosa central y, por último, no se debe trasladar un paciente pediátrico antes de su estabilización.
Entre otras recomendaciones, la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPAP), alerta de que no se debe retirar el gluten de la dieta de los niños sin causa justificada y que no es bueno tratar la faringoamigdalitis con antibiótico sin confirmar la etiología bacteriana (mediante test rápido de detección de antígeno o cultivo). Además, recuerda que no se deben utilizar fármacos de baja utilidad terapéutica en el tratamiento de la rinofaringitis aguda (como mucolíticos, expectorantes, antitusígenos, antihistamínicos, descongestivos, antibióticos o corticoides).
Por último, la Sociedad Española de Neonatología (SENEO) recuerda que no se debe realizar una técnica invasiva en el neonato sin haber valorado y manejado el dolor con medidas farmacológicas y/o no farmacológicas ni mantener antibioticoterapia empírica sin justificación clínica o microbiológica. Además, apuntan a que no es una buena práctica separar al binomio madre e hijo/a siempre que haya una alternativa posible.