
Por Medicina Responsable
5 de noviembre de 2025Caminar después de comer está dejando de ser una simple costumbre para convertirse en una recomendación con respaldo científico. Conocida popularmente como “Fart Walk” o la caminata de los pedos, en español, esta práctica está siendo cada vez más valorada por sus beneficios para la digestión, la salud cardiovascular y el control de la glucosa en sangre, claves para un envejecimiento saludable.
Según el doctor Tim Tiutan, médico del Memorial Sloan Kettering de Nueva York, “las simples caminatas tras los momentos de las comidas impulsan el movimiento natural del intestino”, favoreciendo el tránsito intestinal y ayudando a prevenir el estreñimiento. Además, la caminata facilita la expulsión de gases acumulados, lo que le ha valido su apodo en redes sociales, donde el propio doctor Tiutan ha contribuido a su viralización.
Pero más allá del alivio digestivo, caminar tras las comidas tiene un impacto directo en la regulación de la glucosa en sangre. Según el especialista, basta con cinco minutos de paseo o ejercicio ligero dentro de la primera hora después de comer para mitigar los picos de azúcar. Esto se debe a que coincide con la fase en la que el estómago vacía su contenido en el intestino delgado, momento clave para la absorción de glucosa.
No hace falta salir a trotar ni apuntarse al gimnasio. La recomendación es simple: caminar a ritmo ligero durante unos minutos tras las comidas principales. Este pequeño hábito no solo ayuda a digerir mejor, sino que puede ser una herramienta poderosa para envejecer con más salud.