Por Gema Puerto
19 de octubre de 2022Lucía confiesa estar enganchada a su móvil. Pasa cerca de cuatro horas pegada a él y, si un día se olvida el móvil en casa, eso le genera estrés y ansiedad. “Si no tengo el móvil, sólo de pensar que algo podría ocurrir en el entorno de mi familia y no poder comunicarme con ellos, me pongo muy nerviosa”. Como Lucía, el 45% de los universitarios se alteran si no tienen su smartphone cerca.
El miedo irracional de estar sin teléfono móvil ya tiene nombre en las consultas. Se llama nomofobia, un término que fue acuñado en 2009 en Reino Unido y que proviene del anglicismo “nomophobia” (“no-mobile-phone-phobia”).
Según el informe "Uso del teléfono móvil, estilo de vida y bienestar psicológico en estudiantes universitarios", elaborado por la Red Española de Universidades Promotoras de Salud (REUPS) y la Fundación MAPFRE, los universitarios españoles relacionan el móvil con su bienestar emocional. De hecho, prácticamente la mitad presenta un uso problemático y riesgo de nomofobia, en especial en el caso de las mujeres.
Se trata de un amplio estudio sociodemográfico del alumnado de 18 universidades en el que se realizaron encuestas a 16.574 personas, el 65% mujeres. En el informe, se desprende que la mayoría de los estudiantes vive con sus padres (48,7%) o comparte piso (30%), y que dos de cada diez trabajan.
¿Uso
o abuso?
Los smartphones son los compañeros de vida de los universitarios en el ámbito
laboral, educativo, social, lúdico e incluso familiar. Sin embargo, un uso
excesivo puede generarles problemas de dependencia, adicción y miedo.
Según el estudio, los universitarios españoles dedican una media de 4,5 horas al día a utilizar el móvil (la media de la población general es de 3,4), y algunos incluso más. En el caso de las chicas, el 35,8% excede las cinco horas de uso los fines de semana y un 31% lo supera incluso en días laborables.
Del estudio de REUPS y MAPFRE se desprende que prácticamente la mitad de los universitarios, y aún más entre las universitarias, hacen un uso excesivo del móvil. De hecho, el 59% admite que está más enganchado al móvil de lo que le gustaría, el 66% reconoce que lo usa cuando debería estar haciendo otra cosa y el 60% que le quita horas de sueño y le dificulta a la hora de dormir. Además, el 50% ha explicado que la pandemia ha aumentado el número de horas que dedican al dispositivo.