Por Julia Porras
25 de abril de 2022El paludismo ha matado a más 672.000 personas en el año 2020, el 96% de ellas en la región africana, y de ellos más de dos tercios eran niños menores de cinco años. El paludismo, o más popularmente conocida como la enfermedad de la malaria, es una infección transmitida por los mosquitos hembra de la especia Anopheles.
Pero, a pesar de las muertes, esta enfermedad se puede prevenir y tratar. En octubre de 2021, la OMS recomendó la administración generalizada de la vacuna antipalúdica RTS,S a los niños que viven en zonas con alta transmisión, ya que se había realizado un programa experimental coordinado por la OMS en Ghana, Kenia y Malawi, del que se beneficiaron más de 900.000 niños.
Estas pruebas demostraron que la vacuna es 100% segura, que se administra en una sola dosis y que reduce el número de casos graves y mortales. Si esta vacuna se suministrara de forma más amplia, la OMS calcula que la vacuna podría salvar la vida de otros 40.000 a 80.000 niños africanos cada año.
De momento, Gavi, la Alianza para las Vacunas formada por gobiernos, instituciones y organismos como UNICEF, la propia OMS, Banco Mundial, empresas farmacéuticas y algunas fundaciones, ha garantizado hasta ahora más de 155 millones de dólares para apoyar la adquisición y entrega de la vacuna antipalúdica en países de África subsahariana, los más desfavorecidos.
La vacuna antipalúdica
La vacuna es de primera generación y podría
complementarse en el futuro con otras vacunas de eficacia similar o superior.
Además, se están creando otras vacunas experimentales que están en ensayo
clínicos y Pfizer tiene intención de desarrollar una vacuna antipalúdica
utilizando tecnología de ARN mensajero. Paralelamente,
se están desarrollando fármacos para la prevención de la enfermedad que están
dando buenos resultados en los ensayos clínicos.
En el ámbito del control de vectores que provocan la enfermedad, se han presentado a la OMS nuevos instrumentos y tecnologías para su evaluación, que están a la espera de aprobación para su distribución. Algunos de estos son, por ejemplo, nuevos tipos de mosquiteros tratados con insecticida, repelentes espaciales de mosquitos y cebos de azúcar diseñados para atraer y matar a los mosquitos Anopheles.
Más inversión en innovación A pesar de todos estos avances, la OMS reclama una mayor inversión en innovación, así como nuevos enfoques de lucha antipalúdica, medios de diagnóstico, tratamientos farmacológicos y otras herramientas para avanzar más rápidamente hacia el fin de la enfermedad. “En los inicios de mi carrera como investigador de la malaria soñaba con el día en que tendríamos una vacuna eficaz contra esta devastadora enfermedad”, dijo Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS. “Esta vacuna no es solo un avance científico, sino un cambio para la vida de las familias de toda África. Demuestra el poder de la ciencia y la innovación para la salud. Aun así, se necesita desarrollar urgentemente más y mejores instrumentos para salvar vidas e impulsar el progreso hacia un mundo exento de paludismo”.
·