Estos son los medicamentos que no hay que olvidar meter en la maleta

Nos vamos de vacaciones y la duda de todos los años se repite ¿qué me echo en la maleta? Esta pregunta se vuelve más importante cuando hablamos de salud. Como bien dice el refrán “es mejor prevenir que curar”. Por ello, llevar consigo un botiquín con los medicamentos que nos pueden sacar de un apuro siempre es una buena opción.

El director médico de Medicina Responsable, Pedro Gargantilla, nos da las claves sobre qué debemos incluir en el equipaje para que las vacaciones se desarrollen sin imprevistos. Para ello, propone seguir la regla mnemotécnica “abcde”, es decir, antihistamínicos, bronceado, corticoides, dolor y estómago. ¿Por qué? Porque “los principales problemas de la salud ligados a estas fechas vienen de la mano de las picaduras, las quemaduras y manchas solares, los dolores por traumatismos y los problemas de estómago vinculados a las digestiones pesadas”.

Los indispensables

Para el doctor Gargantilla, los medicamentos que no pueden faltar en la maleta de cualquier persona son:

-          Antihistamínicos: para combatir reacciones inflamatorias producidas por cualquier tipo de picadura. Son comúnmente conocidos por su uso para disminuir los síntomas derivados de las alergias. Cuando nos pica un insecto, si tenemos una reacción inflamatoria local que no se puede paliar con frío o con alguna pomada, podremos recurrir a estos medicamentos orales para aliviar las molestias.

-          Crema solar: pensamos en las vacaciones y nos viene la imagen del sol y, aunque es un gran aliado como fuente de vitamina D, también puede ser un gran enemigo. Por ello, contar con un buen protector solar para prevenir la aparición de manchas, pecas o líneas de expresión y protegernos del cáncer de piel es esencial de cara al verano.

-          Corticoides: cuando nuestro cuerpo tiene una reacción local intensa por una picadura, también se pueden aplicar corticoides tópicos de potencia débil en la zona afectada como la hidrocortisona o la fluocortisona.

-          Paracetamol e ibuprofeno: ambos son medicamentos analgésicos, el primero más antipirético, es decir, ligado a bajar la fiebre, y el segundo con un perfil más antiinflamatorio. El uso de uno u otro dependerá de los síntomas y de su causa. El paracetamol controla muy bien el exceso de temperatura y también es analgésico, por su parte el ibuprofeno está destinado a aliviar inflamaciones, por ejemplo, las derivadas de un golpe o un esguince de tobillo.

-          Protector gástrico: para combatir las digestiones pesadas, que afectan en torno al 20 y al 40% de la población. En verano solemos hacer comidas y cenas más copiosas, bebemos más, dormimos menos… Todo ello fomenta que nuestro estómago sufra y se manifiesten como síntomas el dolor, los gases, la hinchazón, el reflujo o los ardores. 

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