Por Andrea Rivero
17 de marzo de 2023Desayuno sí, desayuno no. La cuestión lleva décadas sobrevolando muchos de los hogares españoles. ¿Estamos realmente ante la comida más importante del día? Los expertos coinciden en que sí, aunque, paradójicamente, es la que nos solemos saltar con mayor frecuencia. Además, en la población infantil esta ingesta calórica es especialmente importante.
Aunque a simple vista pueda parecer contradictorio, desayunar previene la obesidad. Algunos científicos han apuntado que, aunque el desayuno supone un aporte calórico que no se haría si no se tomara, realizar esta comida ayuda a hacer una menor ingesta de energía durante el resto del día. Los expertos también indican que el consumo de energía del desayuno podría evitar ganar peso gracias a que las calorías se metabolizan más eficientemente a horas tempranas.
De acuerdo con la doctora Rosaura Leis Trabazo, coordinadora del Comité de Nutrición y Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría (AEP), “el desayuno es una comida principal que nos va a aportar la energía y los nutrientes para iniciar todas las tareas del día tras el ayuno nocturno. Los estudios ponen en evidencia que no desayunar se asocia con patologías metabólicas y con un menor rendimiento escolar y mayor riesgo de accidentalidad”.
De acuerdo con los datos del estudio ALADINO de 2019, realizado por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), de los 16.665 menores que participaron, un 68,3% indicaron desayunar todos los días, un 12,3% dijo desayunar de cuatro a seis días y un 17,1% reveló que sólo desayuna entre uno y tres días a la semana. Solo un 2,2% indicó no desayunar nunca.
Desayunar sí, pero desayunar bien
La doctora Leis recalca que, “realizar un desayuno de calidad ayuda al cumplimiento de las recomendaciones de ingesta diaria de energía y de macro y micronutrientes, como el calcio o la vitamina D. Además, se asocia con una mejor calidad de la dieta a lo largo del día”.
El principal problema que existe es que los niños consumen bollería industrial y azúcares en el desayuno. Esto se debe generalmente a las prisas matutinas antes de ir al colegio y al trabajo. Según la doctora, “el patrón dietético se ha occidentalizado. Existe un consumo elevado de alimentos ricos en azúcares simples, grasas, fundamentalmente saturadas y trans y pobres en fibra, grasas omega-3 y micronutrientes y componentes funcionales. Además, los más pequeños de la casa consumen una elevada cantidad de bebidas azucaradas”.
La adherencia a las dietas tradicionales de nuestro país, como la dieta Atlántica y la dieta Mediterránea se está perdiendo. Estas dietas han demostrado ser beneficiosas para la salud del individuo y también para la sostenibilidad del medio ambiente. Leis resalta la importancia de incorporar en el currículo escolar unos patrones de vida saludables. “Los padres, los profesores y los pediatras deben jugar su importante papel en la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad del niño, implicándolo a él en ello”.