Por Andrea Martín
27 de octubre de 2022El ayuno intermitente no para de ganar adeptos entre aquellos que quieren perder peso sin pasar demasiado hambre. Básicamente, se basa en la restricción del tiempo, que varía desde seis hasta 10 horas, en el que una persona puede comer sin que exista ninguna limitación de los alimentos que se pueden ingerir.
Esta nueva filosofía “tiene más presencia en el ámbito social que en el científico”, según ha explicado la profesora de Fisiología de la Universidad Pública de Navarra, Idoia Labayen, en el marco del 63º Congreso de la SEEN (Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición). “Debemos ser muy cautos porque todavía no hay evidencia científica. Es muy probable que no sea recomendable para todos los pacientes con obesidad, como ocurre con otros tratamientos, y los especialistas deberán valorar su indicación en el futuro”, ha asegurado.
La restricción de la ventana de alimentación (número de horas en las que se puede comer) se ha propuesto como una forma de alinear la alimentación a los ritmos que responden, principalmente, a la luz y a la oscuridad, es decir, ritmos circadianos. Sin embargo, es un método que no ha sido suficientemente contrastado científicamente por lo que se desconocen sus riesgos.
La experta apunta que una de las principales cuestiones que se plantean sobre el ayuno intermitente es si es compatible con nuestro estilo de vida a largo plazo. “Los tratamientos de la obesidad son siempre de larga duración e incluso crónicos, por lo que deben ser compatibles con la vida laboral, social y familiar de las personas que la padecen”. Por otro lado, esta esta práctica puede provocar pérdida de masa muscular.
Por ello, la doctora Labayen remarca la importancia de acudir a un endocrino cuando se quiere iniciar un tratamiento de pérdida de peso, ya que “no conocemos sus posibles efectos adversos y, además, para algunos pacientes, como por ejemplo los que sufren diabetes tipo 1 o insuficiencia renal crónica, puede estar desaconsejado. En la actualidad, no podemos todavía recomendar hacer ayuno intermitente hasta que estemos seguros de que es eficaz, factible y no conlleva riesgos para la salud”.