Por Pedro Martínez
13 de agosto de 2025Beber agua es una de las recomendaciones esenciales durante una ola de calor, pero, consumir demasiada puede acarrear graves consecuencias para la salud. Según la Sociedad Española de Medicina del Deporte (SEMED), una hidratación inadecuada que no esté ligada a la reposición de minerales esenciales puede ser tan nociva como no consumir nada de agua. Durante el verano la sudoración aumenta considerablemente y con ella, una importante pérdida de agua y electrolitos (minerales esenciales para el correcto funcionamiento del cuerpo) como el sodio, el magnesio o el potasio. Los electrolitos se encargan de controlar el equilibrio hídrico dentro del cuerpo o el ritmo cardíaco, entre otras cosas.
Generar un desequilibrio de los electrolitos lleva asociado síntomas como el cansancio, calambres, náuseas, confusión mental e incluso arritmia. En casos extremos, puede ser el desencadenante de un edema cerebral, coma e incluso la muerte. El control de los electrolitos debe realizarse con especial cuidado entre los grupos más vulnerables al calor, como son los mayores, niños deportistas y personas que padezcan enfermedades crónicas.
Los especialistas recuerdan que la popular recomendación de beber dos litros de agua al día no es válida para todos. La cantidad necesaria depende del peso, la edad, la temperatura ambiental y el nivel de actividad física. De forma orientativa, se aconseja una ingesta diaria de unos 35 mililitros por kilo de peso en adultos jóvenes y 30 mililitros por kilo en mayores de 55 años. Si la actividad física es intensa o las temperaturas son muy elevadas, puede ser necesario aumentar la ingesta y recurrir a bebidas con aporte de electrolitos.
La SEMED recomienda, además, incorporar a la dieta alimentos ricos en agua, como frutas, verduras o sopas frías, y limitar el consumo de bebidas con cafeína o alcohol, ya que favorecen la pérdida de líquidos. “La clave está en mantener un equilibrio: hidratarse de forma regular y reponer los minerales que el cuerpo pierde, para que lo que es una medida preventiva no se convierta en un riesgo”, concluye Miguel Del Valle Soto, presidente de la SEMED.