Por Virginia Delgado
25 de octubre de 2024Cuando se produce una inundación, el agua puede ser un peligro para las personas porque, al quedarse estancada, se contamina y puede provocar sarpullidos, enfermedades gastrointestinales, hepatitis A o tétanos. Además, puede causar infecciones en heridas al concentrarse en el agua bacterias nocivas. Esto es lo que les ha ocurrido a varias personas en Estados Unidos.
Tras el paso de los huracanes Helene y Milton, a finales de septiembre y principios de octubre, las lluvias torrenciales inundaron zonas donde proliferaron, poco después, microorganismos potencialmente mortales que han infectado a 76 personas de los condados de Hillsborough y Pinellas (Florida).
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. han informado de que la causante de la infestación es la Vibrio vulnificus, popularmente conocida como “bacteria carnívora”.
Este organismo puede causar infecciones severas, como la fascitis necrotizante, que llegan a derivar en amputaciones e incluso provocar la muerte de la persona afectada. Pero ¿qué ocurre antes de llegar a estas situaciones?
Las heridas y los traumatismos locales son la vía de entrada de esta bacteria. Una vez en el organismo, produce toxinas y enzimas que hacen que la infección profundice y se extienda. A partir de ese momento, se gangrenan los tejidos y se genera la necrosis que afecta a órganos vitales, como los riñones y los pulmones, pudiendo producir el fallecimiento.
Si accede al torrente sanguíneo, la Vibrio vulnificus también puede causar el síndrome de shock estroptocócico (STSS). Esta infección, cuyos síntomas son fiebre, vómitos, dolor de extremidades e hinchazón, es capaz de desembocar una insuficiencia orgánica múltiple.
El riesgo de infectarse con una bacteria carnívora es bajo. Según el grupo de trabajo de enfermedades infecciosas y sepsis (GTEIS) de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC), la incidencia anual es de 0,3 casos por cada 100.000 habitantes.