Por Virginia Delgado, Nuria Cordón
24 de abril de 2024La inmunización es un logro ejemplar de la salud y del desarrollo a escala mundial que salva millones de vidas cada año. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las vacunas reducen el riego de contraer enfermedades gracias a que refuerzan las defensas naturales del organismo y le ayudan a protegerse. “Cuando una persona se vacuna, se activa su sistema inmunitario. En los últimos 50 años, se han salvado unas 154 millones de vidas. Supone seis cada minuto de cada año, siendo la mayoría de los salvados (101 millones), lactantes”.
Con el objetivo de que todos los niños del mundo tuvieran acceso a las vacunas, la OMS puso en marcha en 1974 el Programa Ampliado de Inmunización (PAI). Su fin principal fue proteger a los menores de seis enfermedades infantiles; la tuberculosis, la difteria, el tétanos, la tos ferina, la polio y el sarampión.
Poco a poco, se fueron incorporando nuevas vacunas al plan hasta completarlo con las 13 aconsejadas universalmente a lo largo de la vida, entre ellas, la inyección contra la hepatitis B, la rubeola o el rotavirus, así como otras 17 adicionales recomendadas para entornos particulares, como la fiebre amarilla, la meningitis o el cólera.
Durante la Semana Mundial de la Inmunización, que se celebra del 24 al 30 de abril, la OMS ha querido dar valor al programa PAI en su 50 aniversario y destacar su gran aportación para la salud de la población. “Es una oportunidad, no solo para reflexionar sobre los logros pasados, sino también para establecer objetivos ambiciosos de futuro. El éxito del Programa Ampliado de Inmunización está en la prevención de numerosas enfermedades, la mejora de la salud materna e infantil y la promoción de la equidad en el acceso a la atención sanitaria. La inmunización es la piedra angular de la salud pública”, ha subrayado Kite O’Brien, directora del Departamento de Inmunización, Vacunas y Productos Biológicos de la OMS.
Durante su medio siglo de vida, el PAI, que en la actualidad ha pasado a denominarse Programa Esencial de Inmunización, ha marcado varios hitos. Así, en 1980, consiguió erradicar la viruela, una infección vírica grave y, en ocasiones, mortal, que se propaga de una persona a otra y deja cicatrices permanentes y, en ocasiones, deformaciones. De hecho, en la actualidad, el virus no se encuentra de forma natural, sólo en laboratorio. Lo mismo está a punto de lograrse con la polio, una enfermedad discapacitante y potencialmente mortal causada por el virus de la poliomielitis o poliovirus que se transmite de una persona a otra y puede infectar la médula espinal, causando parálisis.
A principios de la década de los 90, según datos de la OMS, el nivel mundial de inmunización infantil alcanzó el 80% y, en 2022, se vacunó en todo el mundo a cuatro millones de niños más que en 2021.
Con el tiempo, su expansión no sólo ha sido geográfica, alcanzando zonas remotas y afectadas por conflictos bélicos, también se ha dado por edades. El programa ha pasado de dirigirse exclusivamente a niños a abarcar a adolescentes y adultos. El aumento de este impacto ha sido posible gracias a una asociación público-privada entre la OMS, la organización Rotary International, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU., UNICEF, la Fundación Bill y Melinda Gates y Gavi, la Alianza para las Vacunas.
De acuerdo con la OMS, la inmunización previene cada año entre 3,5 y 5 millones de defunciones por enfermedades tales como la difteria, el tétanos, la tos ferina, la gripe y el sarampión. “Es un componente esencial de la atención primaria de salud, un derecho humano incuestionable y una de las mejores inversiones económicas en salud. Las vacunas son también esenciales para prevenir y controlar los brotes de enfermedades infecciosas, apuntalan la seguridad sanitaria mundial y serán un instrumento vital para luchar contra la resistencia a los antimicrobianos”.
En el 50 cumpleaños de este programa mundial de inmunización, desde la OMS señalan que “aún queda mucho por hacer”. “El aumento de los conflictos, las recesiones económicas y el incremento de la reticencia a la vacunación son algunas de las amenazas que se ciernen sobre los esfuerzos por vacunar”, añaden.
A pesar de los grandes progresos realizados, la cobertura de la vacunación se ha estancado en años recientes y, por primera vez en una década, se redujo en 2020. La pandemia puso en jaque los sistemas de salud y provocaron que no se vacunara a 23 millones de niños en 2020. Esta cifra es 3,7 millones superior a la de 2019 y el valor más elevado desde 2009. Por ello, la organización anima a los países a que aumenten sus inversiones en los programas de inmunización para proteger a las próximas generaciones.