El Gobierno descarta crear una Estrategia Nacional de Sueño y defiende las normativas existentes

El Ministerio de Sanidad ha rechazado la propuesta de crear una Estrategia Nacional de Sueño, argumentando que las normativas y estrategias ya existentes en el Sistema Nacional de Salud (SNS) son suficientes para garantizar el bienestar relacionado con el descanso. El Gobierno destaca la Estrategia de Salud Pública, publicada en 2022, así como otras iniciativas nacionales como la Estrategia de Salud Cardiovascular y la Estrategia de Salud Mental, que abordan indirectamente los problemas derivados de la falta de sueño y promueven el bienestar físico y mental.

Sanidad subraya que, según la definición de salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el bienestar no solo es físico, sino también mental y social, y que el descanso juega un papel fundamental. Por ello, aseguran que las políticas existentes ya contemplan el sueño como un componente esencial de la salud pública y que no es necesario implementar una estrategia nacional exclusiva sobre el tema.

Esta decisión del Ministerio llega tras la petición realizada por la Alianza por el Sueño en septiembre, que, junto con el apoyo de más de 32.000 firmas, solicitó la creación de una Estrategia Nacional para abordar la creciente preocupación por los trastornos del sueño en España. Esta organización se avala en una investigación realizada en el Hospital Carlos Haya en Málaga, en el que concluyeron que un 34% de los pacientes que sufrieron un infarto consumían somníferos, y un 40% presentaba dificultades para dormir.

El descanso en los profesionales del SNS

El problema del descanso también afecta a los profesionales sanitarios, especialmente aquellos que realizan guardias de larga duración. Un estudio realizado en Singapur concluyó que los turnos nocturnos de 12 horas, organizados de manera concentrada, son menos perjudiciales para la calidad del sueño y el estado de ánimo que las guardias de 24 horas. La investigación demostró que las largas jornadas laborales generan un mayor nivel de fatiga, deterioran el rendimiento cognitivo y afectan negativamente la salud mental de los médicos.

 

 

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