Por Peter BABEL
9 de enero de 2024La Sanidad española necesita más médicos que políticos, por eso, en principio, parecía una buena idea poner al frente del Ministerio de Sanidad a una médico. Pero, claro, la señora ministra es más conocida por su activismo político que por su actividad como profesional de la medicina. Puede que, por eso, se solía presentar como “madre y médico”, que es algo tan cursi como si yo me presentara como padre y periodista, o Mario Vargas Llosa se presentara como padre, divorciado y escritor.
Su vuelta de vacaciones, mientras los hospitales en toda España no daban abasto ante la extensión de la gripe A, ha sido una muestra de falta de habilidad política. Primero, su entusiasmo en la inteligencia de los consejeros de Sanidad de todas las autonomía, raya en la osadía, porque el informe sobre lo que se iba a tratar en la reunión lo recibieron 15 minutos antes de que empezara. En 15 minutos, un consejero tiene tiempo de leer los asuntos a tratar, consultar con sus asesores, pedir datos de algunas materias, cotejarlos, formarse una opinión, e intervenir con brillantez. Y, como la mayoría, rechazaron implantar de manera obligatoria las mascarillas, con esa cortesía, diplomacia y búsqueda del consenso de la que carece, anunció que la impondría desde el ministerio. Pero lo más peligroso ha sido su propuesta de que el trabajador se dé la baja a sí mismo durante tres días, sin necesidad de que lo compruebe un médico y lo corrobore.
Como la ministra es madre y médico, debería imaginarse lo peligroso que es para una madre, y médico, pensar que su hijo se auto-diagnostica como enfermo, y se automedica sin ningún control. Llevamos más de medio siglo advirtiendo de los peligros de la auto-medicación, y llega una ministra -madre y médico- y pone barra libre en la auto-medicación. A no ser, claro, que se trate de hacer saber el principio “Aquí mando yo”, preocupación de cualquier mediocre, que ande falto de habilidad y sobrado de soberbia.
La Sanidad necesita humanizarse y extenderse. Y “las autoridades sanitarias deberían advertir que la Política es perjudicial para la salud”.