Por Clara Bravo
14 de agosto de 2025Leo en Medicina Responsable que los que viven en la costa se resisten mucho más a morirse que los que vivimos en el interior. O sea, además de vivir junto al mar, gozar de brisas más limpias, temperaturas más agradables, y comprar el pescado más barato, resulta que, encima, se dan de baja en el Registro Civil mucho más tarde que los que sufrimos aire más contaminado, fríos y calores extremos en invierno y en verano, y comemos más pollo, porque el precio del pescado hay días que parece un lujo.
Todo esto lo sabemos por un estudio de la Universidad de Ohio, y está constatado de datos, vamos, que no es una tesis doctoral de corta y pega, como la de nuestro presidente del Gobierno.
¡Otra injusticia! Por si fuera poco, resulta que parece que en la costa los sueldos son mejores. Pero ¿qué hace una mujer como yo viviendo en Madrid, y visitando la costa, sólo dos semanas al año?
Por si fuera poco, aquí en España, dos de las comunidades privilegiadas, que tienen un gran porcentaje de habitantes residiendo a la orilla del mar -País Vasco y Cataluña- van a pagar menos impuestos, o lo que paguen se lo quedarán ellos.
O sea, mejor salud, y más dinero para hospitales. Parece que a los castellanos, extremeños y aragoneses, nos tratan, de hecho, como ese kukusklan de Vox quiere tratar a los migrantes sin papeles.
¡Me repugna cualquier injusticia! ¡Pero más las de la salud!