Por Clara Bravo
12 de septiembre de 2024Se ha comentado bastante la muerte de la mujer más longeva del mundo, que falleció en Olot (Gerona) a los 117 años. Y, claro, enseguida se ha comentado el hecho estadístico de que las mujeres vivimos más que los hombres. En general es así, y depende de los países. En referencia a España, la diferencia es, si no recuerdo mal, unos cinco años y medio, de tal manera que los hombres se dan de baja en el Registro Civil a los 82 años, aproximadamente, y las mujeres a los 87.
En los países desarrollados suele ser la tónica, pero es posible que, en los próximos años, se produzcan variaciones en contra de las mujeres. Hasta ahora, existía una constante que está variando: la mujer bebe menos alcohol, fuma menos, se droga menos y se alimenta con una dieta menos abundante en grasas. Pero están cambiando los hábitos: por ejemplo, el cáncer de pulmón en la mujer avanza, en la misma medida que avanza su consumo de tabaco.
A pesar de que la “liberación de la mujer” se nota, las mujeres -incluidas las que tienen responsabilidades profesionales muy importantes- no han abandonado las tareas domésticas, y, una vez apartadas de la vida profesional, dedican mucho más tiempo a las atenciones clásicas. Esa “servidumbre” se convierte en una circunstancia que alarga la vida, porque el macho, en cuanto se jubila, pasado el júbilo de recoger setas o cualquier otra frustración, real o inventada, suele hundirse en la melancolía de lo que fue, siendo muy frecuente que se den de baja en el Registro Civil, aunque ellos no lo quieran, al cabo de cuatro o cinco años de estar jubilados. Y es que, el macho siempre ha pensado que lo importante está fuera del hogar, mientras la mujer, aunque haya sido una ejecutiva valiosa, sabe que el hogar, y los hijos, y la pareja, y la familia, son mucho más importantes que las felicitaciones del Consejo de Administración.
Les propongo a los hombres una fórmula para vivir más años: cuiden a su pareja, hagan la compra, cocinen, vigilen el hogar, limpien su guarida, ahora que ya no tienen que salir a cazar. Y vivirán más años. Queridos machos: la longevidad no sale gratis.