Por Peter BABEL
16 de abril de 2025Tengo un gran respeto porque los chinos cuiden su salud con la medicina china, pero me alarma que, no hace mucho, la Guardia Civil de Vizcaya le requisara a una pasajera diez botes que contenían bilis de oso. Puede que también me asombrara que todavía queden guardias civiles en los aeropuertos del País Vasco, estando Otegi de auxiliar del Gobierno, pero ese es otro asunto.
Los médicos chinos parece que tienen mucha confianza en la bilis del oso, y lo emplean como anti inflamatorio y como afrodisiaco. Y aquí ha saltado alarma anta esta falta de lógica, porque parece escasamente poco comprensible que la misma sustancia sirva para rebajar la inflamación en un sitio y para inflamar en otro. O sea, te dan bilis de oso y ese párpado hinchado, que te impedía la visión, desaparece. Y, al otro día, intentando remediar la disfunción eréctil, tomas bilis de oso, y ves cómo se inflama eso que Woody Allen consideraba el órgano más importante. No me cuadra.
Y, encima, el presidente del Gobierno se ha ido a China, a ver si les arregla el problema de los aranceles, y empiezo a temer que, dentro de poco, vaya a la farmacia a por una modesta aspirina, y me encuentre con una seductora oferta de bilis de oso.