Por Peter BABEL
28 de junio de 2024En España, no hay ningún problema estacional, ni en la industria, ni en los servicios. Los aviones despegan y aterrizan, las cartas llegan, los pescadores aportan sus capturas en las lonjas, los ascensores se estropean y son reparados, y las fábricas de cerveza siguen funcionando y distribuyendo sus productos. Más aún: algunas fábricas de turrones se transforman en fábricas de helados.
Sin embargo, hay un sector que, inexplicablemente, entra en crisis durante los meses julio y agosto: la Sanidad. Faltan enfermeros, médicos y cirujanos, y el fenómeno se repite, año tras año, como si fuera un problema tan intrincado y complejo que no tuviese ninguna solución.
Hace ya 55 años, en un mes de julio, dos individuos de la especie humana, llegaron a la Luna, y, además, volvieron vivos. La NASA tardó bastantes años en planificar una aventura no sólo insólita, sino inédita, porque nunca antes se habían llevado a cabo vuelos espaciales, de ida y vuelta a un cuerpo celeste. Los problemas de la falta de gravitación, de la ausencia de oxígeno para respirar, de la alimentación, y de los desechos de esa alimentación, se añadieron a los mecánicos y físicos del cohete espacial. ¡Y se resolvieron! Pero la falta de servicios sanitarios durante el verano, en España, parece que es mucho más intrincada y difícil de resolver que los vuelos espaciales.
¿Cómo se explica que todos los servicios de producción, distribución y comunicación no alteren su funcionamiento en verano, pero sea imposible de solucionar el déficit en Sanidad?
La ministra le echa la culpa a los consejeros y los consejeros a la ministra. Mientras se echan la culpa los unos a la otra, y la otra a los unos, el enfermo puede optar por echarse… en la cama de su casa, y esperar a que llegue septiembre y le puedan a atender.
La peor maldición española es la de “¡Ojalá te pongas enfermo en agosto!”. Es casi mucho más grave que desear la muerte, porque se trata de un vericueto complicado que puede derivar en ese final. ¿Somos más tontos en España que en Suecia, o en Estados Unidos? Desgraciadamente, puede que la respuesta sea afirmativa.