Por Peter BABEL
12 de marzo de 2024Si la normativa sigue adelante, cuando la Guardia Civil detenga un vehículo, y observe que el padre o la madre, conducen fumando, en compañía de sus hijos, en lugar de pedir el carnet de conducir igual le obligan a apagar el cigarrillo, y le pondrán una multa.
A mí me sabe a poco, porque los niños no pasan tanto tiempo en compañía de sus padres, en el interior del automóvil familiar, sino que pasan con ellos mucho más tiempo en su casa. Y ahí, de momento, la ministra de Sanidad parece que no tiene ideas, pero nosotros le aportamos la de una brigada policial, que penetre en los domicilios, y compruebe si hay una madre o un padre fumando delante de sus hijos. Podría llevarse a cabo la invasión domiciliaria sin permiso judicial, puesto que la Policía puede intervenir, si tiene la sospecha de que se está llevando a cabo un delito.
Por cierto, cuando tanto preocupa la salud mental de los niños, el ministerio de Sanidad -puestos ya a regular la vida privada- debería multar a los padres que discuten delante de sus hijos. Que el padre y la madre fumen en su casa no es bueno para la salud física de los hijos, pero es gravemente perjudicial que discutan delante de ellos, e incluso se insulten. En ese caso, me imagino que el ministerio de Sanidad se haría cargo de la custodia de las pobres víctimas.
No obstante, la dureza con el tabaco no llega al consumo de cannabis, que cuando la ministra estaba en campaña electoral, abogaba por su regulación con fines terapéuticos. Dentro de poco, en esta sociedad cada vez más progresista, puede llegar un momento en el que el porro sea visto con menos severidad que el cigarrillo. ¡Todo sea por la salud de nuestros hijos!