Por Luis del Val
4 de octubre de 2024La doctora Alicia Quílez, sufrió la injusta pena de ser despojada de su plaza, después de haber aportado méritos más que suficientes, porque además de ser una excelente profesional no sabía catalán a nivel de matrícula de honor, y el gobierno anterior de Baleares -dirigido por doña Francina Armengol- parecía estar más preocupado por los conocimientos lingüísticos de médicos y enfermeras que por la buena salud de los ciudadanos de las islas. El actual gobierno balear solucionó el disparate, valorando más los conocimientos profesionales de quienes trabajan en la Sanidad que sus saberes filológicos.
Sin embargo, del talento de la doctora Alicia Quílez ya no se benefician los ciudadanos de Baleares, sino los franceses, porque en el país vecino sí que reconocen sus méritos, e incluso pasan por alto que su francés no sea tan exquisito como el de una actriz de la Comèdie Française.
Como el caso de la doctora Quílez no es el único - y, en “medicina responsable.com”, siempre nos alarma la fuga de talentos que perjudican nuestro sistema sanitario- preguntamos repetidas veces a la Consejería de Sanidad de Baleares -a la que ya felicitamos por haber enmendado el disparate- si se iba a establecer alguna medida práctica para evitar los perjuicios causados a docenas de médicos y enfermeras, víctimas del nacionalismo sectario de doña Francina Armengol.
No obstante, nuestra insistencia no ha recibido ningún eco. O bien no les parece un asunto que les incumba, o no les importa, o les da igual. Nos gustaría equivocarnos, pero por ahora constatamos que la Consejería de Sanidad de Baleares ni sabe, ni contesta.