Por Luis del Val
5 de junio de 2025Todo grupo necesita normas, que son el sustento de cualquier organización, y nos evitan el desorden y el caos, pero las normas se dictan para que estén a nuestro servicio, no nosotros al servicios de las normas.
El sistema sanitario de Euskadi tiene una norma, en la que los cuidados paliativos a domicilio, para niños que soportan una enfermedad que les va a conducir a la muerte, sólo puede administrarse de lunes a viernes, y sólo por las mañanas, hasta las tres de la tarde. Se supone que, pasadas las tres, los niños tienen la obligación de ser fuertes y aguantar, sin ayudas de paliativos. Y los sábados y domingos, como los familiares seguramente tienen fiesta el fin de semana, tampoco hay paliativos que mitiguen el dolor.
La norma, seguramente, se redactó de manera bienintencionada, pero tratar a los niños -que nunca dejarán de ser niños, porque caminan con sufrimiento por ese trance- tal que si fueran soldados de artillería, recogedores de fresas, profesores de instituto o componente de una empresa de limpieza, con buena salud, es una solemne estupidez. Y tratar que la estupidez se cumpla a rajatabla es aspirar a que la Sanidad, en Euskadi esté haciendo méritos para quedarse en el primer lugar del campeonato Mundial de tontos. Y ya, en este punto, no sé que me indigna más, si ver a tantos estúpidos a los que la norma les parece racional, o ver aparecer a los estúpidos talibanes, persiguiendo a un médico que, por compasión humana trató de mitigar ese camino hacia el final. Y ya, en el colmo, cuando la aplicación de la norma escandaliza a la sociedad, y nos enteramos, y aparecen las jerarquías sanitarias, amparando a los talibanes de la norma, e incluso mintiendo, y diciendo que no ha pasado nada, mi irritación alcanza esos niveles que se provocan, cuando la injusticia y la tontería se mezclan en una tortilla repugnante.
Por cierto, la niña, como en el cielo no hay burócratas estúpidos, murió al poco de que el médico se saltara la regla para paliar su sufrimiento. Espero que los burócratas estúpidos, y sus jefes, no tengan nunca que padecer la amargura de tener a un hijo sujeto a las normas que ellos ordenan cumplir
Comentario emitodo en el programa “La Linterna”, de Cadena Cope, el 4 de junio de 2025