Por Lucía de Mingo
23 de marzo de 2022Todos recordamos cómo Stephen Hawking o Paco Luzón, pacientes de ELA, usaban las tecnologías para poder comunicarse. Ahora se ha logrado que esta comunicación se produzca a través del implante de una interfaz cerebro-ordenador.
Este sistema permite establecer una comunicación directa entre el cerebro del paciente y un ordenador. De esta forma las señales son decodificadas por un modelo de aprendizaje automático en tiempo real.Gracias a la intervención de cientos de electrodos que penetran en el cerebro, se registra la actividad eléctrica de las neuronas para que, posteriormente, sea transformada en información o acciones. Para lograrlo, un sistema de neurofeedback permite al paciente seleccionar la letra que quiere utilizar para así formar palabras y oraciones completas.
En este caso, el paciente, un varón de 34 años, tenía parálisis total y no podía hablar. Sin embargo, gracias a la colaboración entre los investigadores del Centro Wyss de Bioingeniería y Neuroingeniería de Ginebra (Suiza) y la Universidad de Tübingen (Alemania) ha logrado comunicarse. Los autores de este descubrimiento, publicado en la revista Nature Communications, han señalado que “es el primer estudio en lograr la comunicación de alguien que no tiene movimiento voluntario remanente y, por lo tanto, para quien la interfaz es ahora el único medio de comunicación”.
La Esclerosis Lateral Amiotrófica, comúnmente conocida como ELA, es una enfermedad progresiva del sistema nervioso. Afecta tanto a las células nerviosas como a la médula espinal. Esto provoca que los músculos de las extremidades, y con el tiempo de todo el cuerpo, se vayan paralizando. A esta complicada sintomatología hay que sumarle que, a día hoy, no tiene un tratamiento que acabe con ella ni se conoce su causa.
El número de personas con ELA a nivel mundial se sitúa entre los dos y los cinco casos por cada 100.000 habitantes. Además, se prevé que para 2040 las cifras lleguen a los 300.000 pacientes. La Sociedad Española de Neurología (SEN) estima que la incidencia en España está entre uno y dos nuevos casos anuales por cada 100.000 habitantes, es decir, cada año 700 personas desarrollan los primeros síntomas de la enfermedad.
Estos datos colocan a la ELA como la enfermedad neuromuscular más frecuente. Además, es la tercera enfermedad neurodegenerativa más común en nuestro país, por detrás de la enfermedad de Alzheimer y de Parkinson.