Un nuevo tratamiento contra la degeneración macular asociada a la edad

La degeneración macular asociada a la edad (DMAE) húmeda, es una de las principales causas de ceguera en el mundo y afecta a más de 20 millones de personas. Ahora, el ministerio ha aprobado la financiación en el Sistema Nacional de Salud de Beovu® (brolucizumab) de Novartis.

La DMAE húmeda es una enfermedad ocular crónica y degenerativa que afecta sobre todo a personas mayores de 65 años. Está causada por un exceso de VEGF, una proteína que suscita el crecimiento de vasos sanguíneos anómalos debajo de la mácula, la zona de la retina responsable de la visión aguda y central. En España más de 800.000 personas sufren esta afección.

Beovu® (brolucizumab) es el único tratamiento anti-VEFG que ha demostrado una resolución superior del fluido retiniano y, además, ofrece la capacidad de que los pacientes sean tratados en un intervalo de dosificación de tres meses. Es decir, se reduciría la frecuencia de la administración del medicamento.

De acuerdo con la doctora Maribel López, jefa de la Unidad de Retina del Servicio de Oftalmología del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, “actualmente, los intervalos de administración de la terapia no superan en la mayoría de los pacientes las 6-8 semanas. Poder disponer de fármacos que permitan alargar estos intervalos manteniendo durante más tiempo inactiva la enfermedad es una de las necesidades no cubiertas por los fármacos existentes”.

Poder suministrar este medicamentos en un espacio de tiempo más amplio, permite reducir la frecuencia de las inyecciones y ayuda a aliviar la carga asistencial y mejorar la calidad de vida quienes padecen este tipo de DMAE.

Según, el doctor José Juan Escobar Barranco, jefe se Servicio de Oftalmología del Hospital Dos de Maig, “el tratamiento con los anteriores fármacos fracasaba en un alto porcentaje por la falta de adherencia final de los pacientes. La elevada carga asistencial y familiar que suponía tratar a más de la mitad de los pacientes en espacios de tiempo de cada 4, 6 u 8 semanas implicaba un abandono de la mitad de los pacientes. Con Beovu podemos tratar a los pacientes en regímenes de 8-12 semanas como mínimo. Y tenemos ensayos en los que se está evaluando la posibilidad de utilizar intervalos de hasta 16 e incluso 20 semanas”.

Los primeros síntomas de esta enfermedad son visión distorsionada y problemas para ver los objetos con claridad. Cuantomás avanza la enfermedad, los daños celulares aumentan y se reduce la calidad de la visión. Si no se trata, se puede perder la visión muy rápidamente.

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