Repuntan las muertes por tuberculosis

Coincidiendo con el Día Mundial de la Tuberculosis, la Organización Mundial de la Salud ha advertido que las muertes por tuberculosis aumentaron exponencialmente en 2020, a raíz de la pandemia. Tras una década de descenso, la complejidad para acceder tanto a un diagnóstico precoz como a tratamientos eficaces han parado este esperanzador avance.

La tuberculosis es una infección bacteriana contagiosa que ataca normalmente a los pulmones, aunque puede expandirse a otros órganos. La especie bacteriana que causa mayoritariamente esta enfermedad es la Mycobacterium tuberculosis o bacilo de Koch. Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2020 enfermaron 9,9 millones de personas a nivel global.

Tos crónica con mucosidad sanguinolenta, fiebre, sudores nocturnos o pérdida de peso se encuentran entre los síntomas más recurrentes de esta enfermedad. Para diagnosticarla se suele recurrir a la prueba de Mantoux, una prueba cutánea. En ocasiones también se realizan otras pruebas como un análisis de sangre, una radiografía de tórax o el examen y cultivo de una muestra de esputo.

En casi todos los casos los pacientes con tuberculosis se han infectado después de respirar aire que estaba contaminado por una persona que tenía la enfermedad en fase activa. Estas personas contaminan el aire con las bacterias en el momento en el que tosen, estornudan e incluso cuando se comunican o cantan. Las bacterias pueden permanecer en suspensión durante horas. Por ello, es necesario el aislamiento del infectado para que no propague la enfermedad.

Normalmente las defensas de nuestro organismo atacan a las bacterias de la tuberculosis que han penetrado en los pulmones y las eliminan inmediatamente. Algunas de ellas son capaces de sobrevivir y quedan atrapadas en nuestros glóbulos blancos, donde pueden sobrevivir años. Solo lograrán multiplicarse y provocar que la enfermedad esté en fase activa en el 5 o 10% de los casos. En esta fase el paciente sí que será transmisor de la enfermedad. Para que estas bacterias pasen de estar en estado latente a estado activo se deben dar circunstancias como: el uso de corticoides, la edad avanzada, la infección por VIH, padecer diabetes, problemas renales crónicos…

Según las estimaciones, un cuarto de la población es portadora de la enfermedad, pero solo un porcentaje pequeño acaba desarrollando la patología. Al ser prevenible y curable, en torno al 85% de los contagiados consigue curarse con un tratamiento de seis meses.

No obstante, y ante el aumento de las muertes, desde la OMS han hecho hincapié en que es necesario el incremento de la inversión tanto en los servicios de atención disponibles como en la investigación. Hay que tener en cuenta que esta enfermedad sigue siendo un alarmante problema de salud pública al que solo puede poner remedio la implicación económica y social de la comunidad internacional.

---