Por Andrea Martín
26 de octubre de 2022La investigación contra el cáncer ha dado un paso de gigante en nuestro país. Un nuevo medicamento, desarrollado en el Instituto de Oncología del Vall d'Hebron, ha demostrado en la primera fase del ensayo clínico ser eficaz para inhibir el progreso de muchos tumores y, en algunos casos, estabilizar la enfermedad de una forma segura.
El medicamento, llamado Omomyc, es una mini-proteína terapéutica capaz de entrar en las células y alcanzar su núcleo, donde se encuentra el oncogen MYC, un gen que participa en el avance de muchos tumores comunes. Una vez en el núcleo, la proteína inhibe la habilidad de MYC para promover el crecimiento de los tumores cancerígenos. "El MYC es uno de los objetivos más buscados en el cáncer porque desempeña un papel clave en la conducción y en el mantenimiento de muchos tumores comunes y, hasta la fecha, no se había aprobado para uso clínico", ha señalado la doctora Elena Garralda, directora de la Unidad de Investigación de Terapia Molecular del Cáncer – CaixaResearch del hospital Vall d´Hebron.
Con el objetivo de comprobar la seguridad del medicamento, en el estudio participaron 22 pacientes con diversos tumores y que ya habían recibido al menos tres tratamientos previos. Tras nueve semanas de medicación se les realizó una tomografía donde vieron que ocho de 12 pacientes mostraron su enfermedad estable, es decir, se había detenido el crecimiento del tumor. “Todavía es muy pronto para evaluar la actividad del fármaco, pero estamos viendo la estabilización de la enfermedad en algunos pacientes”, explica Garralda.
Los efectos secundarios que se han encontrado con el tratamiento fueron leves. Principalmente fueron escalofríos, fiebre, náuseas, sarpullido y presión arterial baja. Aquellos que recibieron unas dosis más altas del tratamiento, tuvieron más reacciones, pero todas fueron tratadas fácilmente y controladas. "Es un gran orgullo y satisfacción para nosotros ver como Omomyc logra dar un paso más en su desarrollo. Todavía queda mucho recorrido por delante. Estamos contentos porque es la primera vez que un inhibidor de MYC consigue llegar a la fase clínica de investigación y demostrar que tiene un perfil de toxicidad leve. Esperamos que toda esta investigación sirva finalmente para poder llevar nuestro fármaco a la práctica clínica y así ayudar a mejorar la supervivencia de los pacientes con cáncer”, concluye la doctora.